La Esquina
BENAVENTE:
¿CIUDAD O PUEBLO?
José
Ignacio Martín Benito
Procurador
del PSOE en las Cortes de Castilla y León
La
Junta de Castilla y León ha presentado su proyecto de áreas funcionales
urbanas, reducidas a 14. Ha decidido que sólo corresponde esta categoría y la
correspondiente financiación a las capitales de las nueve provincias y a
Ponferrada, Miranda de Ebro, Aranda de Duero y Medina del Campo. Otras ciudades
caso de Benavente, Ciudad Rodrigo, Béjar, Astorga, La Bañeza, Toro o Cuéllar
han quedado privadas de ello y serán consideradas como áreas rurales o pueblos.
La
Junta justifica esta medida en un mero criterio numérico: que las poblaciones
tengan más de 20.000 habitantes para ser áreas funcionales urbanas. Esto es que
las que no lleguen a esta cifra pasarán, de un plumazo, a la categoría de
pueblos.
Esta
decisión choca frontalmente con el concepto de ciudad que se tiene en España y
que se explica a los alumnos tanto en los Institutos como en las Universidades,
esto es: un núcleo de población en torno o más de 10.000 habitantes, con cierta
densidad de población, que cumple una función de centro de prestación de
diversos servicios (comerciales, educativos, financieros, sanitarios, de
suministro…) a un entorno geográfico rural y que tiene preponderancia de los
sectores productivos secundario y terciario, con escasa presencia del primario.
El
territorio de la actual comunidad autónoma de Castilla y León se configura con
una división provincial articulada en una serie de ciudades capitales de
provincia que -salvo Soria- superan los 50.000 habitantes, y otras ciudades
medianas y pequeñas, de 10.000 a 50.000 que son referencia para los habitantes
de su hinterland.
El
aplicar solo un criterio numérico (en este caso 20.000 habitantes),
difícilmente sostenible ante la realidad social y económica del territorio de
Castilla y León, es no sólo un error, sino supone echar por tierra la realidad,
la historia y la identidad de las dos regiones que componen la comunidad
autónoma. Por eso, la Ley de Ordenación del Territorio deberá adaptarse a la realidad
socioeconómica de Castilla y León y no al revés.
Al
quedar excluida como área funcional Benavente, se deja un vacío urbano de 150
km entre León y Zamora. Ello, junto a la desaparición de los partidos
judiciales, puede ser la puntilla para nuestra ciudad; una ciudad que tiene en
la actualidad 19.137 habitantes. Con el área periurbana más próxima Benavente
alcanza los 24.000. Ni siquiera ello ha servido para que la Junta la incluya
dentro de la propuesta de área funcional. De nada le ha servido tampoco su
papel de centro de prestación de servicios, su alta densidad de población y su
papel histórico. De nada le servirá el título de ciudad otorgado en 1929
durante el reinado de Alfonso XIII. La Junta ha decido que nada de eso vale,
que Benavente es un pueblo y punto. Y la financiación será, en consecuencia,
menor. Y la prestación de servicios en el futuro irá a la baja, con lo que los
negocios, la economía y el comercio se verán seriamente afectados. Lamentable
la postura de la Junta, que dibuja mapas desde los despachos, pero que no
conoce de cerca el territorio, ni a su historia ni a sus gentes. Lamentable
también el conformismo del alcalde de Benavente, que se pliega a las
directrices de la Junta y de su partido y que ya ha anunciado que no presentará
alegaciones al proyecto. Así nos va.
Núcleos urbanos de Castilla y León, que no serán
áreas funcionales.
(Padrón municipal a fecha 1 de enero de 2013. INE).
Este artículo fue publicado en La Opinión de Zamora, el 18 de julio de 2014