El silbato
URBANIZACIONES: Cuestión de pelotas
Por Juan S. Crisóstomo
Es temporada de setas. Las lluvias otoñales están regando el reseco campo. Prados y bosques absorben el agua y las suaves temperaturas hacen el resto. Las setas salen de un día para otro. El campo está lleno. El otro día, cerca de Parquesol, vi hasta cinco personas con sus cestas y bolsas de plástico pateando el terreno en busca de setas de cardo, que dicen, son las más deliciosas.
Al lado de las urbanizaciones y antes de que el cemento o el asfalto cubran el terreno y la tierra desaparezca, los hongos salen, como siempre han salido, fieles a la cita de todos los años.
Por allí, por Parquesol, se ha ido extendiendo la ciudad en innumerables urbanizaciones. También en Arroyo de la Encomienda pasa otro tanto. Aquí recientemente el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha anulado mediante una sentencia el convenio urbanístico que suscribió el alcalde, del PP, con un importante constructor, mediante el cual el ayuntamiento le permitía el pasado año edificar 309 viviendas en una parcela de La Vega de su propiedad. En Las Navas del Marqués (Ávila) se han talado miles de pinos porque a alguien se le ha ocurrido la idea de hacer una “Ciudad del Golf”. El proyecto, que afecta a 210 hectáreas, incluye la construcción de 1.600 viviendas, dos hoteles de lujo y cuatro campos de golf. Que digo yo que podrían dejar ya los hoyos de los pinos como agujeros para las pelotitas. ¡Y es que hay que tener pelotas y poco cerebro para cometer una barbaridad como esta!
No es el único caso. En el término de Villanueva de Gómez, un pueblo con 150 habitantes, también en la provincia abulense, están proyectados tres campos de golf junto a -¡faltaría más!- la construcción de 7.500 viviendas. Según en estudio de la Confederación Hidrográfica del Duero se necesitarían unos 2,5 millones de metros cúbicos de agua para regar esos campos, lo que equivale regar 400 hectáreas de remolacha, 700 hectáreas de alubias o más de mil hectáreas de cereal. Eso sin contar con el agua para abastecer a las 7.500 viviendas.
Parece que en Castilla y León a las gentes “del ladrillo” y de algunos ayuntamientos peperos les ha dado por jugar al golf, pues hacen de este el reclamo para urbanizar decenas y centenas de hectáreas. Y eso, con el visto bueno de la Junta, si no con su participación. En esto consiste el desarrollo rural, que lo ha dicho la vicepresidenta, la señora Ruíz.
Yo creo que no, que el desarrollo rural es otra cosa y, en todo caso, debe ser sostenible con el medio ambiente. Además, soy de los que opina que bien se podría investigar si, antes que se haya dado el paso de recalificación de terrenos, no se han producido cambios en la propiedad de los bienes rústicos de los antiguos propietarios a otros nuevos; no vaya a ser que algunos pretendan jugar a las pelotas y den un auténtico pelotazo, sabiendo de antemano que tal o cual recalificación o proyecto se iba a dar.
Leo en la prensa, por internet, que también en la Tierra de Campos zamorana van a construir un campo de golf y miles de viviendas. Concretamente en Villarrín, un pueblo enclavado en un área sensible como es la recientemente declarada Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila. Toco madera. De llevarse a cabo este proyecto, un pueblo de poco más de 500 habitantes llegaría a tener tanta población como Toro, y todo por “cuestión de pelotas”.
Los campos de golf y las urbanizaciones son como la lluvia y los hongos. Basta esperar el clima propicio y las urbanizaciones afloran por doquier; eso sí, con el reclamo de las pelotas. Luego hemos sabido que en varios lugares no hay recursos hídricos para abastecer tanta población. Dudo que en Villarrín los haya, pues es una zona reseca, con un régimen de precipitaciones que no pasa de 300 litros por metro cuadrado al año.
Y es que algunos confunden el desarrollo rural con llenar de cemento el campo, con arrasar bosques o con llenar de agujeros y banderitas prados y tierras de secano.
Que no es que yo no quiera que la metan en el agujero; lo que no quiero es que alguien dé un auténtico pelotazo a costa del patrimonio público y nos hipoteque el patrimonio natural poniéndoles puertas, garajes, barbacoas y "yacuzzis" al campo.
Es temporada de setas. Las lluvias otoñales están regando el reseco campo. Prados y bosques absorben el agua y las suaves temperaturas hacen el resto. Las setas salen de un día para otro. El campo está lleno. El otro día, cerca de Parquesol, vi hasta cinco personas con sus cestas y bolsas de plástico pateando el terreno en busca de setas de cardo, que dicen, son las más deliciosas.
Al lado de las urbanizaciones y antes de que el cemento o el asfalto cubran el terreno y la tierra desaparezca, los hongos salen, como siempre han salido, fieles a la cita de todos los años.
Por allí, por Parquesol, se ha ido extendiendo la ciudad en innumerables urbanizaciones. También en Arroyo de la Encomienda pasa otro tanto. Aquí recientemente el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha anulado mediante una sentencia el convenio urbanístico que suscribió el alcalde, del PP, con un importante constructor, mediante el cual el ayuntamiento le permitía el pasado año edificar 309 viviendas en una parcela de La Vega de su propiedad. En Las Navas del Marqués (Ávila) se han talado miles de pinos porque a alguien se le ha ocurrido la idea de hacer una “Ciudad del Golf”. El proyecto, que afecta a 210 hectáreas, incluye la construcción de 1.600 viviendas, dos hoteles de lujo y cuatro campos de golf. Que digo yo que podrían dejar ya los hoyos de los pinos como agujeros para las pelotitas. ¡Y es que hay que tener pelotas y poco cerebro para cometer una barbaridad como esta!
No es el único caso. En el término de Villanueva de Gómez, un pueblo con 150 habitantes, también en la provincia abulense, están proyectados tres campos de golf junto a -¡faltaría más!- la construcción de 7.500 viviendas. Según en estudio de la Confederación Hidrográfica del Duero se necesitarían unos 2,5 millones de metros cúbicos de agua para regar esos campos, lo que equivale regar 400 hectáreas de remolacha, 700 hectáreas de alubias o más de mil hectáreas de cereal. Eso sin contar con el agua para abastecer a las 7.500 viviendas.
Parece que en Castilla y León a las gentes “del ladrillo” y de algunos ayuntamientos peperos les ha dado por jugar al golf, pues hacen de este el reclamo para urbanizar decenas y centenas de hectáreas. Y eso, con el visto bueno de la Junta, si no con su participación. En esto consiste el desarrollo rural, que lo ha dicho la vicepresidenta, la señora Ruíz.
Yo creo que no, que el desarrollo rural es otra cosa y, en todo caso, debe ser sostenible con el medio ambiente. Además, soy de los que opina que bien se podría investigar si, antes que se haya dado el paso de recalificación de terrenos, no se han producido cambios en la propiedad de los bienes rústicos de los antiguos propietarios a otros nuevos; no vaya a ser que algunos pretendan jugar a las pelotas y den un auténtico pelotazo, sabiendo de antemano que tal o cual recalificación o proyecto se iba a dar.
Leo en la prensa, por internet, que también en la Tierra de Campos zamorana van a construir un campo de golf y miles de viviendas. Concretamente en Villarrín, un pueblo enclavado en un área sensible como es la recientemente declarada Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila. Toco madera. De llevarse a cabo este proyecto, un pueblo de poco más de 500 habitantes llegaría a tener tanta población como Toro, y todo por “cuestión de pelotas”.
Los campos de golf y las urbanizaciones son como la lluvia y los hongos. Basta esperar el clima propicio y las urbanizaciones afloran por doquier; eso sí, con el reclamo de las pelotas. Luego hemos sabido que en varios lugares no hay recursos hídricos para abastecer tanta población. Dudo que en Villarrín los haya, pues es una zona reseca, con un régimen de precipitaciones que no pasa de 300 litros por metro cuadrado al año.
Y es que algunos confunden el desarrollo rural con llenar de cemento el campo, con arrasar bosques o con llenar de agujeros y banderitas prados y tierras de secano.
Que no es que yo no quiera que la metan en el agujero; lo que no quiero es que alguien dé un auténtico pelotazo a costa del patrimonio público y nos hipoteque el patrimonio natural poniéndoles puertas, garajes, barbacoas y "yacuzzis" al campo.
El desarrollo rural es otro cosa, oiga; ¿o no?
Post Data:
No parece que la recalificación en Salamanca de terrenos rústicos a urbanizables de los familiares del secretario general del PP en Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, tenga que ver algo con los campos de golf. El suelo hace unos años estaba protegido; ahora, ya no. El equipo de Lanzarote ha aprobado el nuevo PGOU. No hay golf ni pelotas. Pero algunos hablan de pelotazo, porque se cifran en mucho las plusvalías; he oído que la tierra valía antes de recalificarse 26.000 euros y ahora más de 3.200.000 €. Lo ha dicho el portavoz socialista en el Ayuntamiento, Fernando Pablos. Los populares salmantinos amenazan querella. Queda dicho.
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