El silbato

LA SOPA DE LA CANDIDATA
Por Juan S. Crisóstomo

El otro día en El Corte Inglés de Valladolid me encontré con Rosa Valdeón o, al menos, aquella mujer se le parecía. En el mercado de abastos, la frutera me sonrío, al tiempo que me extendía los dos kilos de manzanas; en aquel gesto descubrí que también era ella, aunque estuviera camuflada con aquel delantal. La profesora que nos da clase en la Facultad se llama también Rosa y su familia procede de Posada de Valdeón; no se si tendrá alguna afinidad con la consejera de Familia.
De un tiempo a esta parte me encuentro a Rosa en todas las partes. Será porque tiene el don de la ubicuidad, que si no, no acierto yo a saber como puede estar en la consejería y, a la vez, abrazando nenes y mamás en Zamora, o inaugurando ferias ecológicas, acompañadas de ese Viriato redivivo que se llama Martínez Maíllo.

Y es que están exhibiendo a la candidata hasta en la sopa. El sábado la llevaron a Villalpando y toda la humanidad de la alcaldesa, Carmen Allende, se desbordó en piropos echándole la buenaventura, en medio de la flor y nata de los alcaldes y concejales de la provincia. Así que, creo yo, que como siga así, con tanto humo, pronto se transfigurará en una nueva Ségolène Royal. Tiembla Herrera. El Gobierno de Vázquez estará en las últimas, pero eso de intentar poner una Rosa en el jardín de la Casa de las Panaderas, sólo se le puede ocurrir a un genio. Y es que este Maíllo lo es, oiga. Poco importa que Zamora esté la última en inversión por parte de la Consejería de Familia. Eso no se nota.

A Rosa Valdeón la están paseando como a la Macarena en la Semana Santa, y eso que todavía no ha venido la Semana de Pasión, que, cuando venga, Vázquez y Maíllo la mandarán parar y, en medio de Santa Clara, le cantarán una saeta. Pero antes es posible que la veamos de Papá Nöel repartiendo chupa chups y caramelos a los niños zamoranos, todo salido de la oficina de marketing Maíllo y de Castro, S. L, dos genialidades de la política zamorana.

La llevan y la traen, como la “falsa monea”, de aquí para allá. Tenemos Rosa hasta en la sopa. Hasta es posible, ya están pensando que, al final, el presidente Maíllo se decida cursar visita oficial al ayuntamiento de Benavente y se traiga bajo el brazo a la flamante candidata, a ritmo de un buen pasodoble torero. Eso, si no la llevan a Micereces de Tera a pagar las expropiaciones, que todo es posible.

Ayer comí sopa de letras y, casualmente, todas eran R y V, como las iniciales de la candidata. ¡Si hasta la Virgen de la Concha se le va a poner cara de rosa!

En serio, a esta mujer la queman antes de que lleguen las elecciones, pues al paso que va se tornará en otra Juana de Arco. Tanto la están paseando que se les va a constipar y eso que todavía no ha venido el invierno. Cuando venga, cuidado con la gripe aviar, no siendo que ponga las gaviotas en cuarentena.