Sepulturas de hace 5000 años
INSTAN A LA JUNTA A DECLARAR BIC EL DOLMEN DE ALMEIDA DE SAYAGO
. Sólo los dólmenes de Granucillo de Vidriales están oficialmente reconocidos como Bienes de Interés Cultural
. Sólo los dólmenes de Granucillo de Vidriales están oficialmente reconocidos como Bienes de Interés Cultural
El grupo de procuradores zamoranos del Partido Socialista ha registrado una proposición no de Ley en las Cortes autonómicas, por la que quieren instar a la Junta de Castilla y León a la promoción y puesta en valor del dolmen de Almeida, así como a la apertura de un expediente para su declaración como Bien de Interés Cultura (BIC) en la categoría de “zona arqueológica”.
El portavoz socialista de Cultura y Patrimonio, José Ignacio Martín Benito, recuerda que sólo dos de los más de dos docenas de sepulcros megalíticos de la provincia de Zamora están declarados BIC: el dolmen de San Adrián y el de las Peñezuelas, ambos en Granucillo de Vidriales.
Los monumentos megalíticos constituyen el más antiguo vestigio constructivo en nuestra región, con una antigüedad de 5.000 o 6.000 años, más antiguos, por tanto que las pirámides de Egipto.
El megalitismo tiene, en la provincia de Zamora, una serie de manifestaciones, conocidas en la bibliografía especializada desde la publicación del Catálogo monumental de la provincia de Zamora por M. Gómez Moreno, el cual señala la presencia de dólmenes en Granucillo de Vidriales y comarca de Sayago. El historiador granadino había dado cuenta también del expolio de sepulturas de estas características en Fariza y Gallegos del Pan[1]. En 1935, César Morán publicó su memoria sobre lasExcavaciones en los dólmenes de Salamanca y Zamora[2]. Aquí, el agustino daba a conocer el resultado de sus investigaciones en el dolmen de El Casal del Gato, en Almeida de Sayago, y en un pequeño conjunto en el valle de Vidriales, concretamente en los términos de Granucillo y Brime.
Martín Benito considera que la promoción y puesta en valor del dolmen de Almeida de Sayago es necesaria para ampliar la oferta de turismo cultural de la comarca sayaguesa.
El portavoz socialista de Cultura y Patrimonio, José Ignacio Martín Benito, recuerda que sólo dos de los más de dos docenas de sepulcros megalíticos de la provincia de Zamora están declarados BIC: el dolmen de San Adrián y el de las Peñezuelas, ambos en Granucillo de Vidriales.
Los monumentos megalíticos constituyen el más antiguo vestigio constructivo en nuestra región, con una antigüedad de 5.000 o 6.000 años, más antiguos, por tanto que las pirámides de Egipto.
El megalitismo tiene, en la provincia de Zamora, una serie de manifestaciones, conocidas en la bibliografía especializada desde la publicación del Catálogo monumental de la provincia de Zamora por M. Gómez Moreno, el cual señala la presencia de dólmenes en Granucillo de Vidriales y comarca de Sayago. El historiador granadino había dado cuenta también del expolio de sepulturas de estas características en Fariza y Gallegos del Pan[1]. En 1935, César Morán publicó su memoria sobre lasExcavaciones en los dólmenes de Salamanca y Zamora[2]. Aquí, el agustino daba a conocer el resultado de sus investigaciones en el dolmen de El Casal del Gato, en Almeida de Sayago, y en un pequeño conjunto en el valle de Vidriales, concretamente en los términos de Granucillo y Brime.
Martín Benito considera que la promoción y puesta en valor del dolmen de Almeida de Sayago es necesaria para ampliar la oferta de turismo cultural de la comarca sayaguesa.
Los sepulcros megalíticos en Zamora
Como ha afirmado G. Delibes de Castro, “en la actualidad se eleva a cerca de dos docenas el número de sepulturas megalíticas catalogadas en la provincia de Zamora”[3]. Según Palomino Lázaro, estas se distribuyen de la siguiente manera: El Casal del Gato en Almeida de Sayago; los dólmenes de La Vega y Subillo (desaparecidos), San Adrián y Las Peñezuelas, en Granucillo de Vidriales; Piedra Hincada (Brime de Urz); El Casetón de los Moros (Arrabalde); El Tesoro (Morales de Rey); Piedra Fincada (Cubo de Benavente); los túmulos, sin estructura megalítica, de Los Lastros (Morales de Toro), El Juncal (Castronuevo de los Arcos), a los que hay que añadir los sepulcros destruidos de Sanzoles y Gallegos del Pan[4], junto a los restos de Tagarabuena, el Teso del Tesoro en San Martín, Las Peñicas en Belver de los Montes, El Raso en Cañizo[5].
Dentro de las estructuras megalíticas destacan los sepulcros construidos con grandes bloques de piedra –ortostatos-, con corredor o sin él. Las sepulturas de corredor cuentan con una cámara o recinto sepulcral, a la que se accede a través de un pasillo. Pertenecen a este grupo los conjuntos de Las Peñezuelas (Granucillo), El Casal del Gato (Almeida), Casetón de los Moros (Arrabalde), El Tesoro de Morales de Rey y posiblemente el de Brime de Urz y el desaparecido de La Vega (Granucillo). Por su parte, el de San Adrián (Granucillo), sería exponente de la variante “dolmen simple” o sin corredor. En el interior de las tumbas se han localizado ajuares compuestos a base de hachas pulimentadas, puntas de flecha, láminas o cuchillos de sílex, geométricos, recipientes cerámicos (cuencos hemisféricos, escudillas, vasos de fondos plano), materiales de adorno (cuentas de collar), punzones y agujas de hueso…
Las manifestaciones megalíticas se fechan en la Meseta en torno a mediados del IV milenio a. C.
Como ha afirmado G. Delibes de Castro, “en la actualidad se eleva a cerca de dos docenas el número de sepulturas megalíticas catalogadas en la provincia de Zamora”[3]. Según Palomino Lázaro, estas se distribuyen de la siguiente manera: El Casal del Gato en Almeida de Sayago; los dólmenes de La Vega y Subillo (desaparecidos), San Adrián y Las Peñezuelas, en Granucillo de Vidriales; Piedra Hincada (Brime de Urz); El Casetón de los Moros (Arrabalde); El Tesoro (Morales de Rey); Piedra Fincada (Cubo de Benavente); los túmulos, sin estructura megalítica, de Los Lastros (Morales de Toro), El Juncal (Castronuevo de los Arcos), a los que hay que añadir los sepulcros destruidos de Sanzoles y Gallegos del Pan[4], junto a los restos de Tagarabuena, el Teso del Tesoro en San Martín, Las Peñicas en Belver de los Montes, El Raso en Cañizo[5].
Dentro de las estructuras megalíticas destacan los sepulcros construidos con grandes bloques de piedra –ortostatos-, con corredor o sin él. Las sepulturas de corredor cuentan con una cámara o recinto sepulcral, a la que se accede a través de un pasillo. Pertenecen a este grupo los conjuntos de Las Peñezuelas (Granucillo), El Casal del Gato (Almeida), Casetón de los Moros (Arrabalde), El Tesoro de Morales de Rey y posiblemente el de Brime de Urz y el desaparecido de La Vega (Granucillo). Por su parte, el de San Adrián (Granucillo), sería exponente de la variante “dolmen simple” o sin corredor. En el interior de las tumbas se han localizado ajuares compuestos a base de hachas pulimentadas, puntas de flecha, láminas o cuchillos de sílex, geométricos, recipientes cerámicos (cuencos hemisféricos, escudillas, vasos de fondos plano), materiales de adorno (cuentas de collar), punzones y agujas de hueso…
Las manifestaciones megalíticas se fechan en la Meseta en torno a mediados del IV milenio a. C.
El dolmen de Almeida de Sayago
“Se localiza a unos tres kilómetros al suroeste del pueblo y es conocido con el nombre de Casal del Gato. Se accede llegando al balneario de San Vicente y desviándose en dirección suroeste aproximadamente un kilómetro. Se ubica sobre una pequeña plataforma en el fondo de un valle, destacando sobre los arroyos y regatos circundantes.
El dolmen, cuando fue excavado por el Padre Morán tan sólo conservaba cuatro grandes losas verticales pertenecientes al corredor. No se conservan restos de la cámara que se intuye hacia el NO, ni el túmulo, arrasado al ser un terreno de intenso aprovechamiento agrícola”[6]. Entre su ajuar destaca “un puñal de cobre con remaches y una escudilla, además de un hacha pulimentada, dos cuentas de variscita, varias láminas de sílex y un prisma de cuarzo”[7].
La protección, el conocimiento y difusión de los monumentos megalíticos debe ir encaminada a garantizar su conservación y contribuir, además, a la promoción y consolidación de rutas de turismo cultural en la geografía de Castilla y León.
La Ley 12/2002 contempla que los bienes más relevantes del Patrimonio Cultural de Castilla y León deberán ser declarados de Interés Cultural (BIC). Entre las diversas categorías BIC, recogidas por la citada Ley, está la de “zona arqueológica”, que viene definida por: “el lugar o paraje natural en el que existen bienes muebles o inmuebles susceptibles de ser estudiados con metodología arqueológica, hayan o no sido extraídos y tanto si se encuentran en la superficie como en el subsuelo o bajo las aguas”.
En Castilla y León, a pesar del potencial de monumentos megalíticos con los que cuenta la región, sólo están declarados Bienes de Interés Cultural (B.I.C.) unos pocos: concretamente 10, de los más de 350 monumentos conocidos. De estos, dos corresponden a la provincia de Zamora. En efecto, en 1994 la Junta de de Castilla y León declaró como Bienes de Interés Cultural los dólmenes de San Adrián y Las Peñezuelas en Granucillo de Vidriales.
“Se localiza a unos tres kilómetros al suroeste del pueblo y es conocido con el nombre de Casal del Gato. Se accede llegando al balneario de San Vicente y desviándose en dirección suroeste aproximadamente un kilómetro. Se ubica sobre una pequeña plataforma en el fondo de un valle, destacando sobre los arroyos y regatos circundantes.
El dolmen, cuando fue excavado por el Padre Morán tan sólo conservaba cuatro grandes losas verticales pertenecientes al corredor. No se conservan restos de la cámara que se intuye hacia el NO, ni el túmulo, arrasado al ser un terreno de intenso aprovechamiento agrícola”[6]. Entre su ajuar destaca “un puñal de cobre con remaches y una escudilla, además de un hacha pulimentada, dos cuentas de variscita, varias láminas de sílex y un prisma de cuarzo”[7].
La protección, el conocimiento y difusión de los monumentos megalíticos debe ir encaminada a garantizar su conservación y contribuir, además, a la promoción y consolidación de rutas de turismo cultural en la geografía de Castilla y León.
La Ley 12/2002 contempla que los bienes más relevantes del Patrimonio Cultural de Castilla y León deberán ser declarados de Interés Cultural (BIC). Entre las diversas categorías BIC, recogidas por la citada Ley, está la de “zona arqueológica”, que viene definida por: “el lugar o paraje natural en el que existen bienes muebles o inmuebles susceptibles de ser estudiados con metodología arqueológica, hayan o no sido extraídos y tanto si se encuentran en la superficie como en el subsuelo o bajo las aguas”.
En Castilla y León, a pesar del potencial de monumentos megalíticos con los que cuenta la región, sólo están declarados Bienes de Interés Cultural (B.I.C.) unos pocos: concretamente 10, de los más de 350 monumentos conocidos. De estos, dos corresponden a la provincia de Zamora. En efecto, en 1994 la Junta de de Castilla y León declaró como Bienes de Interés Cultural los dólmenes de San Adrián y Las Peñezuelas en Granucillo de Vidriales.
[1] GÓMEZ MORENO, M.: Catálogo monumental de España. Provincia de Zamora. Madrid, 1927, pág. 4.
[2] Memoria de la Junta Superior del Tesoro Artístico, nº 135. Madrid.
[3] DELIBES DE CASTRO, G.: “Neolítico y Edad del Bronce”, en Historia de Zamora. Tomo I. De los orígenes al final del medievo. Zamora 1995, pág. 54.
[4] PALOMINO LÁZARO, Á.: “Nuevas aportaciones al conocimiento del fenómeno megalítico en la provincia de Zamora”, en Actas del Primer Congreso de Historia de Zamora. Tomo 2. Prehistoria. Mundo Antiguo. Zamora, 1989, pp. 173-200.
[5] DELIBES DE CASTRO, G.: Op. cit. pp. 54 y 58.
[6] PALOMINO LÁZARO, Á.: Op. cit. pág. 174.
[7] Ibidem.
Foto: El procurador Martín Benito en el dolmen de Almeida de Sayago.
Etiquetas: Martín Benito, Patrimonio, Turismo, Valles de Benavente
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