La imagen de hoy
LA VIRGEN DE LA CALLE
Por Emiliano Pérez Mencía Se encuentra en la pared de una casa en Villagarcía de Campos, muy cerca de la Colegiata y del antiguo Colegio Seminario de los Jesuítas, hoy residencia para jubilados y casa de ejercicios.
Los vecinos del pueblo la nombran así. Y seguirán haciéndolo, pero no por estar en la calle. Es una más de las numerosas advocaciones que tiene la Virgen, como patrona y protectora de pueblos y ciudades. En este caso lo es de la ciudad de Palencia.
Los del pueblo ya la conocen bien, están acostumbrados a verla, algunos pasan todos los días por este lugar. Y, creyentes o no creyentes, no se olvidan de echarle una mirada y también ¿por qué no? dirigirle algún ruego o súplica para que todo y todos sigan bien: sus campos de tierra y las gentes que los trabajan.
Lleva ya muchos años en este lugar. Está allí precisamente para sentirse más cerca de los vecinos, conocer mejor sus problemas y necesidades y echarles una mano, o al menos influir en quienes tienen la obligación de buscar soluciones.
A ellos la imagen les sirve para recordar el pasado y las costumbres, tradiciones y creencias de sus antepasados, por las que sienten respeto.
A los forasteros y a quienes se acercan por allí para visitar la colegiata, el museo y el colegio de los jesuítas les llama la atención ver la imagen en la hornacina de la pared, flanqueada por dos escudos de familias nobles y como protegida por ellos. A la imagen, pequeña y bien vestida, no le faltan flores que a lo largo del año le llevan los devotos y vecinos del lugar, flores que contrastan con el color de la piedra.
En un pueblo de Tierra de Campos como Villagarcía, cargado de historia e historias, con monumentos, edificios y personajes importantes hay una sencilla hornacina con una pequeña imagen de la Virgen de la Calle sobre la pared de una casona. Está allí viendo a los que pasan y escuchando a todos los que con fe y devoción y en silencio quieran dirigirse a ella.
Los vecinos del pueblo la nombran así. Y seguirán haciéndolo, pero no por estar en la calle. Es una más de las numerosas advocaciones que tiene la Virgen, como patrona y protectora de pueblos y ciudades. En este caso lo es de la ciudad de Palencia.
Los del pueblo ya la conocen bien, están acostumbrados a verla, algunos pasan todos los días por este lugar. Y, creyentes o no creyentes, no se olvidan de echarle una mirada y también ¿por qué no? dirigirle algún ruego o súplica para que todo y todos sigan bien: sus campos de tierra y las gentes que los trabajan.
Lleva ya muchos años en este lugar. Está allí precisamente para sentirse más cerca de los vecinos, conocer mejor sus problemas y necesidades y echarles una mano, o al menos influir en quienes tienen la obligación de buscar soluciones.
A ellos la imagen les sirve para recordar el pasado y las costumbres, tradiciones y creencias de sus antepasados, por las que sienten respeto.
A los forasteros y a quienes se acercan por allí para visitar la colegiata, el museo y el colegio de los jesuítas les llama la atención ver la imagen en la hornacina de la pared, flanqueada por dos escudos de familias nobles y como protegida por ellos. A la imagen, pequeña y bien vestida, no le faltan flores que a lo largo del año le llevan los devotos y vecinos del lugar, flores que contrastan con el color de la piedra.
En un pueblo de Tierra de Campos como Villagarcía, cargado de historia e historias, con monumentos, edificios y personajes importantes hay una sencilla hornacina con una pequeña imagen de la Virgen de la Calle sobre la pared de una casona. Está allí viendo a los que pasan y escuchando a todos los que con fe y devoción y en silencio quieran dirigirse a ella.
Etiquetas: La imagen de hoy
<< Home