La Otra Voz de Benavente y Los Valles

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lunes, febrero 09, 2009

La imagen de hoy

SILOS
Por Emiliano Pérez Mencía


Los vecinos de Benavente y de esta comarca, conocen muy bien esta imagen, pues por su construcción destaca en altura y magnitud, y se puede ver desde lejos. También sorprende a los forasteros que se acercan a la ciudad, e incluso a los que pasan por las carreteras próximas.
Son silos, lo único que queda en pie de la azucarera, destruida no hace mucho, a pesar de contar con maquinaria moderna y bastante actualizada. Europa, los mercados, los productos agrícolas, la economía etc., han acabado con ella y con la tradición remolachera de esta comarca. De ella solamente queda el solar y estos monstruos de cemento que siguen utilizándose para almacenar azúcar, ahora traída de otro lugar, pues al lado se ha construido una nueva fábrica de envasado y empaquetado del producto, que ha hecho posible la recolocación, si no de toda, sí de gran parte de los operarios.
En una ciudad y comarca como ésta, necesitada de atenciones de todo tipo: industriales, viarias, educativas, sanitarias, culturales, medioambientales, etc. la desaparición de la fábrica supuso un problema. Pero lo importante es que la situación cambie. Los silos siguen ahí para recordar a todos que la construcción, permanencia, restauración y atención deben prevalecer siempre sobre la destrucción, la ruina y el abandono.
La fábrica azucarera de Benavente pertenece ya al pasado histórico e industrial de la ciudad, lo mismo que otros muchos edificios, no industriales, pero de gran valor arquitectónico e histórico, que fueron destruidos con el paso de los años y de los que solamente quedan las imágenes y los estudios hechos sobre ellos. Está claro que, si no se hubiesen destruido, constituirían el mejor testimonio de la historia de la ciudad. Por eso quienes toman decisiones de este tipo deben pensárselo muy bien.
Que los silos de la azucarera sirvan para ayudarnos a pensar en la necesidad de hacer todos los esfuerzos por mantener, siempre que sea posible, fábricas, empresas e industrias y también aquellos edificios importantes desde el punto de vista patrimonial: arqueológico, artístico, histórico, etnográfico, etc.
Ojalá que sigan ahí durante muchos años, que presten algún servicio, y que los ciudadanos, al verlos, recuerden el pasado, que a todos pertenece y merece gran respeto.

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