Un patrimonio de frontera
EL PSOE ABOGA POR "UN PLAN DE LAS FORTIFICACIONES ENTRE LEÓN Y CASTILLA"
. La ruta afecta a las provincias de León, Palencia, Zamora, Valladolid, Salamanca y Ávila
. La ruta afecta a las provincias de León, Palencia, Zamora, Valladolid, Salamanca y Ávila
. La consolidación y la promoción encaminadas al turismo cultural
El MC aniversario del Reino de León pasará de manera efímera, si no se aprovecha la efémeride para poner en marcha políticas activas de todo el potencial que encierra la historia y sus manifestaciones culturales”. Es esta una reflexión del portavoz socialista de Cultura y Turismo en las Cortes de Castilla y León, José Ignacio Martín Benito, que señala la riqueza de un patrimonio militar en lo que fue la línea fronteriza de los reinos de León y Castilla en la Edad Media, conformado por una amplia red de castillos y murallas, muchas de las cuales subsisten en la actualidad.
Convencido de su valor tanto cultural como turístico, el Partido Socialista quiere que este patrimonio tenga una dimensión social y se incardine, debidamente conservado, dentro de las rutas turísticas de la comunidad. Por ello, los socialistas instarán a la Junta de Castilla y León a poner en marcha un “Plan de las fortificaciones de frontera de los reinos de León y Castilla” y lo harán a través de una enmienda en los presupuestos para 2011, como ha anunciado Martín Benito.
Castillos y murallas
La línea fronteriza entre León y Castilla a lo largo de la segunda mitad del siglo XII y primeras décadas del XIII, se pobló de fortificaciones y castillos, en el contexto de las continuas luchas entre los dos reinos, especialmente en la Tierra de Campos. Aquí, la línea fronteriza se dirimía oscilante entre los ríos Cea y Pisuerga. La disputa del territorio fue la causa de constantes disputas y enfrentamientos armados entre los dos reinos, sobre todo en el periodo que va desde 1157 hasta 1230. Los diversos tratados de paz y alianzas matrimoniales entre León y Castilla trataron de establecer la posesión de villas y castillos, en un territorio donde la ausencia de accidentes geográficos destacados contribuyó a una línea fronteriza poco definida. la frontera quedaba difusa y sujeta tanto a las ocupaciones militares como a los consiguientes tratados.
Por ello, los monarcas tratarán de fortalecer y apuntalar este espacio, mediante la repoblación, concesión de fueros y levantamiento de fortificaciones.
Restos de aquellas fortificaciones se extiende por las provincias de León, Palencia, Valladolid, Zamora, Salamanca y Ávila.
La línea fronteriza se pobló de defensas. De aquella época subsisten, en mayor o menor grado algunas de ellas. Entre otras, en la provincia de León, además de Mansilla de las Mulas, cabe destacar los restos de la fortificación de Almanza, Ardón, Laguna de Negrillos, Cea, Rueda del Almirante, Valderas; en Palencia, restos de las fortificaciones de Guardo, Carrión y Saldaña: en Valladolid, Urueña, Barcial de la Loma, Tordehumos, el castillo de San Pedro de Latarce y Tiedra, entre otros. En Zamora, Villalpando, Belver de los Montes, Castronuevo y el primer recinto de Toro.
Estado de abandono
Martín Benito llama la atención sobre "el estado de abandono y deterioro que presentan estas fortificaciones. Construidas, en su mayor parte, con cal y canto rodado, muchas de ellas resisten el paso del tiempo, presentando problemas de estabilidad, como consecuencia de la pérdida de masa y los efectos de la erosión pluvial que mina la cimentación. Indica el procuador que, como consecuencia de ello, se producen desprendimientos y, en consecuencia, las estructuras defensivas, acaban por desmoronarse".
Para el portavoz socialista “urge una consolidación de estas estructuras, con el fin de detener su deterioro y, a la vez, un programa de puesta en valor que promueva estas construcciones como un activo y un nuevo producto turístico sobre la historia de la comunidad.” Por ello, estima el PSOE necesario poner en marcha un Plan que recupere el patrimonio militar de la antigua frontera entre León y Castilla, y, consiguientemente, insertarlas dentro de una “ruta interior de las fortificaciones de frontera” de la comunidad. Esta ruta afecta a las provincias de León, Palencia, Zamora, Valladolid, Salamanca y Ávila, en una línea fronteriza oscilante, pero que quedó definida en la paz de Fresno-Lavandera entre Fernando II de León y Alfonso VIII de Castilla en 1183 y en el tratado de Tordehumos de 1194 entre el castellano Alfonso VIII y el leonés Alfonso IX.
El tratado de paz entre León y Castilla de 1183
En este acuerdo se fijan las villas y lugares que pertenecen a cada reino. Pertenecían al reino de León: Villalbarba, Griegos (despoblado en Tiedra), Almaraz de la Mota, San Pedro de Latarce, San Cebrián de Mazote, Villavellid, Carbajosa (desp. en Tiedra), Villarmenter (desp. en Tordehunos), Villafrechós, Villalombrós (desp. en Villafrechós), Bolaños de Campos, Villamuriel de Campos, Pajares (desp. en Villalán de Campos), Ceinos de Campos, Gordaliza de la Loma, Vega de Ruiponce, Santervás de Campos y Galleguillos de Campos; al otro lado del Cea: Mahudes (desp. en Calzada del Coto), Talavera (desp. hacia Mahudes y Calzada del Coto) y Bercianos del Real Camino; y desde Urueña por Villagarcía de Campos y por Morales de Campos y por Villalombrós (desp. en Villafrechós) hasta Castromayor o Aguilar de Campos todas las villas ubicadas hacia el reino leonés serán del rey de León por diez años sin ninguna clase de contradicción.
Para el reino de Castilla: Cirajas (desp. en Mota del Marqués), Villanueva de los Caballeros, Villardefrades, Urueña, Villagarcía de Campos, Morales de Campos, Castromayor o Aguilar de Campos, Villobera (desp. en Aguilar de Campos), Villacid, Matilla, Palazuelo de Vedija, Villaesper, ¿Nechas?, Cerecinos (desp. en Palazuelos de Vedija) y Galleguillos de Campos de la parte de acá del Cea; a la parte de allá Villarebejo (desp. de Izagre), Villaegas (desp. en Calzadilla de los Hermanillos), Villamudarra (desp. en San Miguel de Montañán), Villamizar (León) y Peñamellera (en Asturias junto a Panes); desde Urueña, Villagarcía, Morales de Campos y Villalombrós (desp. en Villafrechós) hasta Castromayor o Aguilar de Campos hacia Castilla todo sería de este reino, excepto Villalombrós (desp. en Villafrechós), por diez años sin ninguna contradicción.
Tratado de Tordehumos de 1194
El cardenal Gregorio, legado pontificio, medió en las disputas territoriales que enfrentaban a León con Castilla. El resultado fue un tratado de paz, firmado en la localidad de Tordehumos el 20 abril 1194. Por este acuerdo, el rey de Castilla se comprometía a devolver al de León los castillos de Alba, Luna y Portilla, que habían sido ocupados durante la guerra, mientras que los de Valderas, Bolaños, Villafrechós, Villarmenteros, Siero de Riaño y Siero de Asturias retornarían a León tras la muerte del monarca castellano, al tiempo que se acordaba iniciar una averiguación sobre la dependencia del castillo de Santervás, que de momento quedaba en poder de Castilla.
Por otro lado, cada reino entregaba cinco castillos por fidelidad, a los maestres de Calatrava y del Temple. En Castilla, los de Cubillas de Duero, Villanueva, San Juan de Risova; San Román de Pennis, Tramaia, mientras que en el reino leonés los de Castrotierra, Ferrera de Riaño, Almanza, Penna Ramir y Colle.
Al sur del reino, se obligaba también que los términos situados entre el río Jerte, el río Vermelio y la calzada de la Guinea no se poblasen, quedando comprendidos en el reino de León.
Convencido de su valor tanto cultural como turístico, el Partido Socialista quiere que este patrimonio tenga una dimensión social y se incardine, debidamente conservado, dentro de las rutas turísticas de la comunidad. Por ello, los socialistas instarán a la Junta de Castilla y León a poner en marcha un “Plan de las fortificaciones de frontera de los reinos de León y Castilla” y lo harán a través de una enmienda en los presupuestos para 2011, como ha anunciado Martín Benito.
Castillos y murallas
La línea fronteriza entre León y Castilla a lo largo de la segunda mitad del siglo XII y primeras décadas del XIII, se pobló de fortificaciones y castillos, en el contexto de las continuas luchas entre los dos reinos, especialmente en la Tierra de Campos. Aquí, la línea fronteriza se dirimía oscilante entre los ríos Cea y Pisuerga. La disputa del territorio fue la causa de constantes disputas y enfrentamientos armados entre los dos reinos, sobre todo en el periodo que va desde 1157 hasta 1230. Los diversos tratados de paz y alianzas matrimoniales entre León y Castilla trataron de establecer la posesión de villas y castillos, en un territorio donde la ausencia de accidentes geográficos destacados contribuyó a una línea fronteriza poco definida. la frontera quedaba difusa y sujeta tanto a las ocupaciones militares como a los consiguientes tratados.
Por ello, los monarcas tratarán de fortalecer y apuntalar este espacio, mediante la repoblación, concesión de fueros y levantamiento de fortificaciones.
Restos de aquellas fortificaciones se extiende por las provincias de León, Palencia, Valladolid, Zamora, Salamanca y Ávila.
La línea fronteriza se pobló de defensas. De aquella época subsisten, en mayor o menor grado algunas de ellas. Entre otras, en la provincia de León, además de Mansilla de las Mulas, cabe destacar los restos de la fortificación de Almanza, Ardón, Laguna de Negrillos, Cea, Rueda del Almirante, Valderas; en Palencia, restos de las fortificaciones de Guardo, Carrión y Saldaña: en Valladolid, Urueña, Barcial de la Loma, Tordehumos, el castillo de San Pedro de Latarce y Tiedra, entre otros. En Zamora, Villalpando, Belver de los Montes, Castronuevo y el primer recinto de Toro.
Estado de abandono
Martín Benito llama la atención sobre "el estado de abandono y deterioro que presentan estas fortificaciones. Construidas, en su mayor parte, con cal y canto rodado, muchas de ellas resisten el paso del tiempo, presentando problemas de estabilidad, como consecuencia de la pérdida de masa y los efectos de la erosión pluvial que mina la cimentación. Indica el procuador que, como consecuencia de ello, se producen desprendimientos y, en consecuencia, las estructuras defensivas, acaban por desmoronarse".
Para el portavoz socialista “urge una consolidación de estas estructuras, con el fin de detener su deterioro y, a la vez, un programa de puesta en valor que promueva estas construcciones como un activo y un nuevo producto turístico sobre la historia de la comunidad.” Por ello, estima el PSOE necesario poner en marcha un Plan que recupere el patrimonio militar de la antigua frontera entre León y Castilla, y, consiguientemente, insertarlas dentro de una “ruta interior de las fortificaciones de frontera” de la comunidad. Esta ruta afecta a las provincias de León, Palencia, Zamora, Valladolid, Salamanca y Ávila, en una línea fronteriza oscilante, pero que quedó definida en la paz de Fresno-Lavandera entre Fernando II de León y Alfonso VIII de Castilla en 1183 y en el tratado de Tordehumos de 1194 entre el castellano Alfonso VIII y el leonés Alfonso IX.
El tratado de paz entre León y Castilla de 1183
En este acuerdo se fijan las villas y lugares que pertenecen a cada reino. Pertenecían al reino de León: Villalbarba, Griegos (despoblado en Tiedra), Almaraz de la Mota, San Pedro de Latarce, San Cebrián de Mazote, Villavellid, Carbajosa (desp. en Tiedra), Villarmenter (desp. en Tordehunos), Villafrechós, Villalombrós (desp. en Villafrechós), Bolaños de Campos, Villamuriel de Campos, Pajares (desp. en Villalán de Campos), Ceinos de Campos, Gordaliza de la Loma, Vega de Ruiponce, Santervás de Campos y Galleguillos de Campos; al otro lado del Cea: Mahudes (desp. en Calzada del Coto), Talavera (desp. hacia Mahudes y Calzada del Coto) y Bercianos del Real Camino; y desde Urueña por Villagarcía de Campos y por Morales de Campos y por Villalombrós (desp. en Villafrechós) hasta Castromayor o Aguilar de Campos todas las villas ubicadas hacia el reino leonés serán del rey de León por diez años sin ninguna clase de contradicción.
Para el reino de Castilla: Cirajas (desp. en Mota del Marqués), Villanueva de los Caballeros, Villardefrades, Urueña, Villagarcía de Campos, Morales de Campos, Castromayor o Aguilar de Campos, Villobera (desp. en Aguilar de Campos), Villacid, Matilla, Palazuelo de Vedija, Villaesper, ¿Nechas?, Cerecinos (desp. en Palazuelos de Vedija) y Galleguillos de Campos de la parte de acá del Cea; a la parte de allá Villarebejo (desp. de Izagre), Villaegas (desp. en Calzadilla de los Hermanillos), Villamudarra (desp. en San Miguel de Montañán), Villamizar (León) y Peñamellera (en Asturias junto a Panes); desde Urueña, Villagarcía, Morales de Campos y Villalombrós (desp. en Villafrechós) hasta Castromayor o Aguilar de Campos hacia Castilla todo sería de este reino, excepto Villalombrós (desp. en Villafrechós), por diez años sin ninguna contradicción.
Tratado de Tordehumos de 1194
El cardenal Gregorio, legado pontificio, medió en las disputas territoriales que enfrentaban a León con Castilla. El resultado fue un tratado de paz, firmado en la localidad de Tordehumos el 20 abril 1194. Por este acuerdo, el rey de Castilla se comprometía a devolver al de León los castillos de Alba, Luna y Portilla, que habían sido ocupados durante la guerra, mientras que los de Valderas, Bolaños, Villafrechós, Villarmenteros, Siero de Riaño y Siero de Asturias retornarían a León tras la muerte del monarca castellano, al tiempo que se acordaba iniciar una averiguación sobre la dependencia del castillo de Santervás, que de momento quedaba en poder de Castilla.
Por otro lado, cada reino entregaba cinco castillos por fidelidad, a los maestres de Calatrava y del Temple. En Castilla, los de Cubillas de Duero, Villanueva, San Juan de Risova; San Román de Pennis, Tramaia, mientras que en el reino leonés los de Castrotierra, Ferrera de Riaño, Almanza, Penna Ramir y Colle.
Al sur del reino, se obligaba también que los términos situados entre el río Jerte, el río Vermelio y la calzada de la Guinea no se poblasen, quedando comprendidos en el reino de León.
Foto: Castillo de San Pedro de Latarce (Valladolid).
Etiquetas: Junta Castilla y León, Patrimonio
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