La Esquina
MAÍLLO Y EL VENTILADOR
Por José Ignacio Martín Benito
No se por qué Maíllo aborrece los ventiladores. El prócer de los populares en esta provincia ha pedido al PSOE que, en el caso del escándalo de los huertos solares, deje de “aplicar el ventilador”. Me pregunto si el presidente Maíllo tendrá demasiado frío o le sientan mal los vientos generados por un artilugio tan inofensivo y tan agradable –en épocas de calor- como este electrodoméstico.
En el supuesto de que el popular presidente estuviera sofocado, no le vendría mal airearse un poco, aunque fuera con un ventilador accionado por energía solar fotovoltaica. Quizás es que Maíllo tiene miedo al aire y por eso tampoco sube a la Sierra de Carpurias, ni al castro de Las Labradas de Arrabalde para ver los molinos del dios Eolo, esos que parecen ventiladores gigantes. Tal vez a nuestro singular presidente le asuste el movimiento de las aspas.
Por eso, habrá que aplicar mejor el abanico, que es más nuestro, más castizo y de siempre.
Con un abanico quitaremos tal vez la sofoquina al delegado de la Junta, Alberto de Castro, que mira tú, el pobre: dos presuntos implicados en su Casa y él sin enterarse. Si es que también es mala suerte que vaya el vicepresidente de la Junta y desvele el nombre de las empresas solares en las que tenía participación el segundo de De Castro en la delegación territorial de Zamora, con lo que el pobre delegado tuvo que envainarse aquello de “no puedo dar el nombre de la empresa por ser un asunto confidencial”. Y luego, encima, va otra vez el vicepresidente y desvela en las Cortes que la Junta abrirá expediente disciplinario al ex secretario general. Y De Castro, el pobre, sin enterarse. ¡Si es que hay que tener mala suerte, caramba!
Pero volvamos con Maíllo. No se por qué no quiere el presidente del PP un ventilador. ¡Pobres comerciantes de electrodomésticos! Si después de la crisis y que no ha hecho demasiado calor este verano, ahora va Maíllo y les asesta este golpe de gracia.
Y eso que nos enseñaron que ventilar es bueno, que nada más levantarse hay que abrir las ventanas, para que entre un nuevo aire y regenere el ambiente cargado de la habitación. Pero se ve que no, que a Maíllo esto de ventilar le puede ocasionar una pulmonía.
Y es que, aunque estamos acabando el verano, hace demasiado calor; sobre todo si uno está al lado de un panel solar, uno de esos artefactos que, aunque no tiene aguja, ya ha quemado a catorce altos cargos de la Junta en León, Zamora y Valladolid. ¡Qué sofoquina!
Por José Ignacio Martín Benito
No se por qué Maíllo aborrece los ventiladores. El prócer de los populares en esta provincia ha pedido al PSOE que, en el caso del escándalo de los huertos solares, deje de “aplicar el ventilador”. Me pregunto si el presidente Maíllo tendrá demasiado frío o le sientan mal los vientos generados por un artilugio tan inofensivo y tan agradable –en épocas de calor- como este electrodoméstico.
En el supuesto de que el popular presidente estuviera sofocado, no le vendría mal airearse un poco, aunque fuera con un ventilador accionado por energía solar fotovoltaica. Quizás es que Maíllo tiene miedo al aire y por eso tampoco sube a la Sierra de Carpurias, ni al castro de Las Labradas de Arrabalde para ver los molinos del dios Eolo, esos que parecen ventiladores gigantes. Tal vez a nuestro singular presidente le asuste el movimiento de las aspas.
Por eso, habrá que aplicar mejor el abanico, que es más nuestro, más castizo y de siempre.
Con un abanico quitaremos tal vez la sofoquina al delegado de la Junta, Alberto de Castro, que mira tú, el pobre: dos presuntos implicados en su Casa y él sin enterarse. Si es que también es mala suerte que vaya el vicepresidente de la Junta y desvele el nombre de las empresas solares en las que tenía participación el segundo de De Castro en la delegación territorial de Zamora, con lo que el pobre delegado tuvo que envainarse aquello de “no puedo dar el nombre de la empresa por ser un asunto confidencial”. Y luego, encima, va otra vez el vicepresidente y desvela en las Cortes que la Junta abrirá expediente disciplinario al ex secretario general. Y De Castro, el pobre, sin enterarse. ¡Si es que hay que tener mala suerte, caramba!
Pero volvamos con Maíllo. No se por qué no quiere el presidente del PP un ventilador. ¡Pobres comerciantes de electrodomésticos! Si después de la crisis y que no ha hecho demasiado calor este verano, ahora va Maíllo y les asesta este golpe de gracia.
Y eso que nos enseñaron que ventilar es bueno, que nada más levantarse hay que abrir las ventanas, para que entre un nuevo aire y regenere el ambiente cargado de la habitación. Pero se ve que no, que a Maíllo esto de ventilar le puede ocasionar una pulmonía.
Y es que, aunque estamos acabando el verano, hace demasiado calor; sobre todo si uno está al lado de un panel solar, uno de esos artefactos que, aunque no tiene aguja, ya ha quemado a catorce altos cargos de la Junta en León, Zamora y Valladolid. ¡Qué sofoquina!
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