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jueves, enero 03, 2008

Por tierras de Aliste y de Campos

EL SENDERISMO COMO ACTIVIDAD TURÍSTICA EN O.T.R.A. ZAMORA

El programa de innovación turística cumple con éxito su quinto mes de los doce previstos por ADATA y ADRI Palomares
Una docena de turistas participó en el último fin de semana de 2007 en las actividades de senderismo que O. T. R. A. Zamora organizó tanto en el entorno de La Tabla, en plena Tierra de Campos, como en la ribera del río Aliste.
La densa niebla y la fuerte helada supuso una dificultad previsible para el desarrollo de la actividad del sábado, día 29 de diciembre, pero las proximidades de La Tabla, en el corazón de la Tierra de Campos, ofrecieron “una espléndida imagen que los visitantes guardarán en el recuerdo por su belleza”, según afirma Antonio Campesino, coordinador de actividades de O. T. R. A. Zamora. “El frío era intenso y la visibilidad se redujo bastante la primera hora pero pudimos completar una ruta por un camino que cruza el monte cercano a La Tabla, partiendo de la vieja estación de ferrocarril y contemplando huellas y otros rastros de mamíferos como el zorro y el jabalí y muchos detalles de especies vegetales”, comenta. Asimismo, los excursionistas recibieron información sobre la configuración de la zona antes de que la mano del hombre la modificara por completo. “Ése fue casi el aspecto más interesante porque es espectacular contemplar el efecto de la actividad del ser humano. Esta parte de Tierra de Campos tenía como especie predominante a la encina antes de pasar a ser una estepa donde se cultiva cereal”, añade.

Un paseo por el Aliste
El último domingo de 2007, día 30 de diciembre, un grupo de diez turistas procedentes de Madrid, que vinieron a pasar el fin de año a la provincia de zamora, participaron en la ruta denominada ‘Un paseo por el Aliste’, comenzando en el término de Pobladura de Aliste, para caminar por la margen derecha del río. “Intentamos visitar el Museo Heráldico pero no había nadie. El río Aliste se había congelado parcialmente en algunas zonas pero el agua corría por su cauce. Al salir del pueblo nos encontramos con el primer molino que, según se indicaba en su puerta, databa de 1920. Lo que más sorprendió a los turistas fue que funcionara todavía”, explica el coordinador de actividades de O. T. R. A. Zamora. “Fue una ruta magnífica, con una temperatura idónea, más suave que en zonas altas por tratarse del valle del río Aliste. Pasamos entre los castaños ordenados en fila, tal y como lo hacían antiguamente los monjes cistercienses, y atravesamos también un bosque de robles, en apariencia virgen”.
El recorrido fue especialmente indicado para la observación de aves, aprovechando las especiales condiciones que ofrece el microclima de la zona. “Se dejaron ver especies como el petirrojo y la lavandera blanca. Es una época y una zona muy buena para observar aves pequeñas porque los robles ya no tienen hojas, que han caído por completo debido a la suavidad de las temperaturas en valles protegidos del viento del Norte. Hay que recordar que en zonas más altas, como Sanabria, estos árboles mantienen sus hojas hasta la primavera”, explica Campesino. “También nos llevamos una sorpresa al probar las aguas ferrosas de un manantial cercano a Mahíde, antes de entrar en el pueblo, camino que coincide con la ruta a Santiago de Compostela utilizada por el canónigo de Córdoba, Bernardo José de Aldrete, en 1612”. En este contexto, el coordinador de actividades de O. T. R. A. Zamora, recalca que “ni siquiera a los que estamos todo el día conociendo de cerca esta provincia dejamos de sorprendernos con Zamora, con sus zonas dispares, épocas, temperaturas, olores, sabores y colores”.

Foto: Actividad de senderismo de O.T.R.A. Zamora.

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