Turismo rural
"OTRA ZAMORA" CUMPLE CINCO MESES DE ANDADURA
Jornada por el Raso de Villalpando y las lagunas de Villafáfila
Una docena de visitantes de los territorios gestionados por ADATA y ADRI Palomares tuvieron el pasado fin de semana la oportunidad de contemplar in situ con O. T. R. A. Zamora cómo proliferan numerosas especies de setas para acabar con el mito de que los hongos sólo crecen en ciertas épocas del año.
Los visitantes se dieron cita el pasado sábado por la mañana en la Plaza Mayor de Villalpando, desde donde se dirigieron hacia la zona de El Raso para iniciar la jornada de observación y recolección. “Salir a setas no quiere decir que haya que volver a casa con la cesta llena. En ocasiones, basta con dar un agradable paseo contemplando aquellas especies que, comestibles o no, crecen al abrigo de nuestros bosques y así poder aprender un poco más sobre ellas”, afirma Lorena Hernández, bióloga y colaboradora del programa O. T. R. A. Zamora, que guió la expedición “En las proximidades de El Raso nos dio la bienvenida un pinar en el que las encinas luchan por abrirse camino y comenzamos a caminar entre aromas de menta y tomillo y almohadillas de musgos y líquenes”, continúa. “A medida que avanza la mañana van apareciendo especies como Cantharellus cibarus o rebozuelo, conocido por ser un excelente comestible, Laccaria laccata, Lycoperdon perlatum o pedo de lobo, varias especies de frágiles Mycenas, Suillus luteus y Suillus bovinus, estos últimos, comestibles y primos hermanos de los tan apreciados Boletus. No nos podemos olvidar del rey del pinar, el Lactarius deliciosus o níscalo, y de especies parásitas como Fomitopsis pinicola o yesquero del pino, que crece en tocones”.
Al finalizar el recorrido, los integrantes de la expedición aprovecharon un claro del bosque para exponer y clasificar las especies recolectadas con la ayuda de la bióloga, quien aportó también información detallada sobre los usos tradicionales de los hongos. “Evidentemente, no se llenaron las cestas, pero si aprendimos que a pesar de las fuertes heladas hay setas en diciembre, solo hay que saber donde encontrarlas”, indica Lorena Hernández.
Durante el trayecto, los turistas aprovecharon para observar especies de aves como el milano negro, el cernícalo vulgar, el gavilán, la garza real, el triguero y el petirrojo, como preludio a la jornada del domingo, día 23 de diciembre, dedicada a la observación de aves acuáticas. “Pudimos intuir también la presencia de rapaces nocturnas al encontrar egragropilas, es decir, bolas de pelo y hueso que estas aves regurgitan por no poder digerirlas. Además, los objetivos de la actividad se vieron cumplidos concreces y tomaron un valor especial al saber que se desarrolla cerca del lugar donde no mucho tiempo atrás murieron varios ejemplares de lobo ibérico a manos de quienes deberían haberlos protegido”, apunta Hernández.
Por lo que se refiere al domingo, una decena de turistas disfrutaron de una mañana fría pero soleada para acercarse al mundo de las aves acuáticas que se encuentran en al Reserva Natural ‘Lagunas de Villafáfila’.
Este fin de semana, último de 2007, el programa O. T. R. A. Zamora cumple sus primeros cinco meses de andadura de los doce durante los que organizará cerca de un centenar de actividades, hasta agosto de 2008. En esta ocasión, la vieja estación de ferrocarril de La Tabla será el punto de partida para una ruta de senderismo durante la cual se buscará el rastro del zorro, el lobo y el jabalí mientras se contempla el efecto de la actividad del ser humano en una zona donde la encina era la especie predominante, antes de convertirse en estepa cerealista. El domingo, día 30 de diciembre, llevará a los visitantes por la ribera del río Aliste, contemplando los molinos, las norias y los cultivos ribereños, al tiempo que disfrutan de la espectacular estampa invernal que ofrece el entorno.
Los visitantes se dieron cita el pasado sábado por la mañana en la Plaza Mayor de Villalpando, desde donde se dirigieron hacia la zona de El Raso para iniciar la jornada de observación y recolección. “Salir a setas no quiere decir que haya que volver a casa con la cesta llena. En ocasiones, basta con dar un agradable paseo contemplando aquellas especies que, comestibles o no, crecen al abrigo de nuestros bosques y así poder aprender un poco más sobre ellas”, afirma Lorena Hernández, bióloga y colaboradora del programa O. T. R. A. Zamora, que guió la expedición “En las proximidades de El Raso nos dio la bienvenida un pinar en el que las encinas luchan por abrirse camino y comenzamos a caminar entre aromas de menta y tomillo y almohadillas de musgos y líquenes”, continúa. “A medida que avanza la mañana van apareciendo especies como Cantharellus cibarus o rebozuelo, conocido por ser un excelente comestible, Laccaria laccata, Lycoperdon perlatum o pedo de lobo, varias especies de frágiles Mycenas, Suillus luteus y Suillus bovinus, estos últimos, comestibles y primos hermanos de los tan apreciados Boletus. No nos podemos olvidar del rey del pinar, el Lactarius deliciosus o níscalo, y de especies parásitas como Fomitopsis pinicola o yesquero del pino, que crece en tocones”.
Al finalizar el recorrido, los integrantes de la expedición aprovecharon un claro del bosque para exponer y clasificar las especies recolectadas con la ayuda de la bióloga, quien aportó también información detallada sobre los usos tradicionales de los hongos. “Evidentemente, no se llenaron las cestas, pero si aprendimos que a pesar de las fuertes heladas hay setas en diciembre, solo hay que saber donde encontrarlas”, indica Lorena Hernández.
Durante el trayecto, los turistas aprovecharon para observar especies de aves como el milano negro, el cernícalo vulgar, el gavilán, la garza real, el triguero y el petirrojo, como preludio a la jornada del domingo, día 23 de diciembre, dedicada a la observación de aves acuáticas. “Pudimos intuir también la presencia de rapaces nocturnas al encontrar egragropilas, es decir, bolas de pelo y hueso que estas aves regurgitan por no poder digerirlas. Además, los objetivos de la actividad se vieron cumplidos concreces y tomaron un valor especial al saber que se desarrolla cerca del lugar donde no mucho tiempo atrás murieron varios ejemplares de lobo ibérico a manos de quienes deberían haberlos protegido”, apunta Hernández.
Por lo que se refiere al domingo, una decena de turistas disfrutaron de una mañana fría pero soleada para acercarse al mundo de las aves acuáticas que se encuentran en al Reserva Natural ‘Lagunas de Villafáfila’.
Este fin de semana, último de 2007, el programa O. T. R. A. Zamora cumple sus primeros cinco meses de andadura de los doce durante los que organizará cerca de un centenar de actividades, hasta agosto de 2008. En esta ocasión, la vieja estación de ferrocarril de La Tabla será el punto de partida para una ruta de senderismo durante la cual se buscará el rastro del zorro, el lobo y el jabalí mientras se contempla el efecto de la actividad del ser humano en una zona donde la encina era la especie predominante, antes de convertirse en estepa cerealista. El domingo, día 30 de diciembre, llevará a los visitantes por la ribera del río Aliste, contemplando los molinos, las norias y los cultivos ribereños, al tiempo que disfrutan de la espectacular estampa invernal que ofrece el entorno.
Fotos: Observación de aves en las Lagunas de Villafáfila.
Etiquetas: Turismo
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