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ERMITA DE SAN LÁZARO DE BENAVENTE

Por Emiliano Pérez Mencía
De las tres ermitas que tenía Benavente: La Soledad, San Antonio Abad y San Lázaro, tan sólo se conserva en buen estado la de la Soledad y se recuperó la espadaña de la de San Lázaro, de entre los restos que se mantenían en el año 1981, como se puede ver en una de las fotografías.
La ermita estaba a las afueras de la ciudad, extramuros, en pleno campo, a no más de un kilómetro, y sirvió como cementerio del Hospital de la Piedad y el lugar en que eran enterrados quienes morían con enfermedades infecciosas. Antiguamente existió allí, en su proximidad, un lazareto, hospital para los personas que tuvieran dichas enfermedades.
Con el paso del tiempo y la falta de atención la ermita se destruyó y parte de sus restos desaparecieron. Tan sólo se conserva en la actualidad, como he dicho anteriormente, la espadaña con el arco de la puerta de entrada a la misma, en la rotonda ajardinada del Centro de Transportes. Prueba evidente de que restos arqueológicos o arquitectónicos tienen cabida en jardines, plazas, calles, etc., para la contemplación de los ciudadanos.
En el callejero actual, la calle que desde la Avenida Federico Silva llega a la rotonda se denomina Ermita de San Lorenzo y no de San Lázaro, que es lo correcto, error que sería conveniente subsanar para no confundir a los ciudadanos, tratándose además de un lugar tan importante en el pasado.
Ni que decir tiene que la espadaña, lo que queda de la ermita, requiere atención y la reparación necesaria, para no convertirse pronto en una ruina, con peligro de desaparición. Solamente si se hace así podrá seguir sirviendo de recuerdo de una época y también de una forma de vida, que ya forma parte de la historia.