El silbato

A LA ARGENTINA
Por Juan S. Crisóstomo

Maíllo emula a Marco y se va a la Argentina. Marco se fue con su mono Amelio y Maíllo se fue con el diputado Bermúdez. Marco marchó en busca de su mamá y Maíllo no se sabe muy bien a qué fue. Dicen desde el grupo de diputados socialistas que Maíllo se marchó en busca de votos, que buena falta le harán, sobre todo ahora que el PP la tiene bien liada. En Zamora, la candidata Valdeón no cuaja. En Benavente tienen que repescar desesperadamente a un candidato previamente enviado al desguace por el dúo Carro-Carnero, mientras que en Toro el candidato Sedano se pone nervioso y pide que pare cuanto antes el vendaval Lorenzo.
Marco marchó de los Apeninos a Los Andes y Maíllo marcha de la Sierra de la Culebra hacia el río de la Plata. Será como los discos que tiene mi padre del carroza de Joaquín Sabina, donde clama por un amor imposible y nostálgico en aquellas latitudes.
No dicen las crónicas que hizo el prócer Maíllo en la Argentina: si leyó a Borges, visitó la plaza de Mayo o se marcó un tango por los portales. Maíllo es buen bailarín: sabe bailar pasodobles y hasta ha bailado a Benavente, donde todavía le están esperando en visita oficial al Ayuntamiento. Parece que tampoco ha visitado el consistorio de Puebla de Sanabria. De lo que se deduce que este chico no sabe relacionarse ni tiene don de gentes.
Una cosa es bailar y otra que le bailen a uno como un peonza. No sé si Maíllo es peonza o bailarín. Dice mi padre que el chaval pone empeño. Que se marcó, según le contaron, un pasodoble en Fresno de la Polvorosa. Así que digo yo, que por qué no va a poder hacer lo mismo con un tango en la tierra de Gardel. Tanto ir a la Argentina algo se le pegará. Si de paso es el gol de Maradona o el de Messi, mejor. Ye me veo al presidente del PP zamorano marcarle un gol al mismísimo Herrera o Rajoy. Eso, si no se lo ha marcado ya, al presentar a las Cortes de Castilla y León por Zamora a un condenado por la justicia, como Juan Dúo. Eso no lo digo yo, conste, que lo ha dicho el PSOE de Benavente.
Puestos a bailar un tango, propongo que Martínez Maíllo baile el de “Caminito, que el tiempo pasado/ que juntos un día/ nos viste pasar”. Así, tal vez, se acuerde de los caminos rurales y de las carreteras de esta nuestra provincia, que están dejadas de la mano de Dios y del todopoderoso presidente del Partido Popular, quiero decir de la Diputación de Zamora (en que estaría yo pensando).
Y es que Maíllo se marcha a la Argentina cada dos por tres, como yo voy desde Pucela al valle de Vidriales, a ver a la familia. Un mes sí y otro también. Sólo que yo me lo costeo de mi bolsillo y el viaje de Maíllo lo deben pagar todos los zamoranos –incluido mi padre, que está censado en Benavente, esa ciudad a la que Maíllo debe haber “declarado la guerra”, como el caudillo lusitano Viriato declaró “odio eterno a los romanos”.

P. D. He visto en La Otra Voz el estado de la carretera de Morales de Rey a Fresno de la Polvorosa. Un consejo al presidente Maíllo. Entre viaje y viaje a la Argentina ¿por qué no hace un alto en el camino y encuentra un momento para darse una vuelta por las carreteras del valle del Eria? ¿O es que quiere huir de la realidad poniendo el océano de por medio?