La Otra Voz de Benavente y Los Valles

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jueves, junio 17, 2010

La Esquina

HIPOPÓTAMOS Y DIPUTACIONES
Por José Ignacio Martín Benito

A la fauna autóctona del norte zamorano le van saliendo competidores. Los ciervos y lobos de la Sierra de la Culebra, que luchan por su espacio natural, tendrán que lidiar no tardando con especies procedentes de otras latitudes. De momento, estas ya han comenzado a enviar emisarios, a modo de avanzadilla. Si no hace mucho fueron varios tigres los que merodearon por la A-52, el pasado fin de semana un hipopótamo decidió probar los pastos de Quiruelas.
No creen los científicos que esto tenga que ver con el cambio climático, ni tampoco que los animales hayan acudido al ser avisados de la nutrida vegetación que, cual sabana, crece espontáneamente por las carreteras provinciales, abandonadas por la Diputación zamorana; ni siquiera que las abundantes lluvias de este año auguren que, tarde o temprano, el hábitat quedará inundado, para solaz baño de los mastodónticos animales.
Más bien estiman los sesudos estudiosos que ello obedece a una calculada estrategia de un proyecto piloto, consistente en ver la respuesta de los agentes naturales en un medio cambiante. Esto es, si la población de Zamora disminuye y si las carreteras se abandonan, llegará un día no tardando en que la provincia se convertirá en un dilatado parque natural, que servirá, a la vez, como ensayo de un gigantesco zoológico de exóticas especies.
Ya no será preciso un Centro del Lobo Ibérico en Robleda, pues el cánido será desplazado por otros depredadores; ya no será preciso tampoco criar la vaca alistano-sanabresa, ni aún la sayaguesa, pues no habrá vaqueros y, además, estas serán también desplazadas por los paquidermos y los “caballos de agua”.
El zoológico que un día -hace cinco siglos- tuvo el Conde de Benavente en La Montaña, que incluía un elefante, se quedará pequeño ante el gran proyecto faraónico diseñado quién sabe dónde.
Quién sabe también, pero no resulta inverosímil que el objetivo de la Diputación del futuro sea la administración de un espacio silvestre. Incapaz de atender la realidad actual, perdida en gastos corrientes y desatendiendo sus obligaciones de mantenimiento de las carreteras, de abastecimiento de agua y de otros servicios al medio rural, la Diputación provincial de Zamora está llamada a su transformación o extinción. Tal vez, para sobrevivir, el ente provincial se reinvente así mismo y el heredero de Martínez Maíllo del mañana tenga a su cargo la gestión de un inmenso parque temático.

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