La chicharra

¡DIOS! ¿QUÉ ES LA JUSTICIA?
José María Lebrero Vecino

Este es el comentario que hacía el otro día un ciudadano al conocer la noticia: El Tribunal Supremo anula la sentencia al asesino y violador de las dos policías leonesas. La audiencia de Barcelona lo había condenado a 83 años. La excusa es que debe ser un jurado popular quien se encargue de juzgar el caso. Esta decisión del Tribunal Supremo deja sin efecto la prisión provisional de este asesino. Aunque afortunadamente seguirá en la cárcel por condenas anteriores.
Una joya el tipo.
Esto es la justicia. Un delincuente que asesina y viola a dos mujeres, con pruebas más que suficientes para estar en la cárcel, podría estar en la calle si no fuera por otros delitos anteriores.
Con casos como éste es imposible que crea en la justicia. La justicia no es una ciencia exacta. Es un acuerdo entre personas, y es evidente que ese acuerdo no siempre es justo. Las leyes, como las nubes, se prestan a numerosas interpretaciones, y no depende del delito que cometas sino del dinero que tengas para contratar a un buen abogado. O varios.
En casos como este “La justicia queda arrestada por orden del juez”.
Somos más de dos los que pensamos así.

¡Dios! ¿Qué es la justicia?
Si hablamos de justicia divina me tengo que remitir a los versos de mi paisano León Felipe cuando dice:
Pero…
-¿quién diablos ronca detrás de esa cortina?
-Son los dioses, señor.
-¿Los dioses?... ¿Pero duermen los dioses?
-Hace siglos, muchos siglos que no despierta ninguno.
Y el poeta derriba la cortina sin reverencia.
¡Qué espectáculo!
Era un montón de cuerpos rollizos.
mantecosos…

¡Divinos! ¡Puercos divinos!
-Arriba gandules, borrachos.
Dormilones… ¡a trabajar!
-Es inútil señor. No despertarán…

¿Cómo se llama mi Dios? –relincha rabioso Rocinante.
-Tu Dios es un dios sordo como todos…