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En Valparaíso
MORTANDAD DE PECES EN EL EMBALSE
La cuasa se ha debido a los bajos bajos niveles de pH y la alta concentración de aluminio
La entrada en el embalse de Valparaíso de aguas procedentes del río Valdalla con un nivel bajo de pH y cargadas con concentraciones relativamente altas de aluminio (tóxico para los peces cuando se encuentra en aguas con pH bajo), es la causa más probable de la mortandad de peces detectada en torno al 15 de febrero pasado en el embalse de Valparaíso (Zamora).
Las investigaciones realizadas por la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) de las muestras de agua, recogidas en el embalse y en los ríos de los que se alimenta, permiten además determinar que la presencia de otros metales como el hierro y el Zinc podría haber contribuido a la mortandad, según un comunicado del organismo de cuenca recogidos por Europa Press.
Por otro lado, los resultados de las muestras de algas analizadas en la Universidad de León descartan que la mortandad se produjera por la presencia en el embalse de algas potencialmente tóxicas.
Además, se ha comprobado que la mortandad no causó un daño medioambiental importante dado que la mayoría de los peces que aparecieron muertos, unos 3.000, eran de la especie 'perca sol', considerada como invasora en la cuenca del Duero.
Estas son las principales conclusiones que se desprenden de los análisis de las muestras de agua recogida por la CHD los días 16, 17 y 23 de febrero en diversos puntos de los embalses de Valparaíso, Cernadilla y Agavanzal, así como en el río Valdalla, en el arroyo Valdeboya y en el arroyo Los Prados tras el episodio registrado.
Las causas más probables por las que se produjo el descenso de los niveles de pH en el embalse junto con el aumento de las concentraciones de metales ( fundamentalmente aluminio, hierro y zinc) apuntan a los cambios meterológicos registrados durante los días previos a la mortandad, durante los cuales se experimentó un aumento significativo de las temperaturas unido a las lluvias registradas que se sumaron al deshielo en las cotas superiores.
Todo ello se reflejó en un aumento del caudal del río Valdalla, principal tributario del ramal del embalse en el que se produjo la mortandad.
Esto provocó que el río, que ya de por sí transporta aguas ácidas debido a la naturaleza silícea del sustrato por el que discurre, pudiera ver reducido aún más su pH e incrementado el aporte de sólidos en suspensión (en parte procedentes de la explotación minera) y la concentración de metales.
Las investigaciones realizadas por la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) de las muestras de agua, recogidas en el embalse y en los ríos de los que se alimenta, permiten además determinar que la presencia de otros metales como el hierro y el Zinc podría haber contribuido a la mortandad, según un comunicado del organismo de cuenca recogidos por Europa Press.
Por otro lado, los resultados de las muestras de algas analizadas en la Universidad de León descartan que la mortandad se produjera por la presencia en el embalse de algas potencialmente tóxicas.
Además, se ha comprobado que la mortandad no causó un daño medioambiental importante dado que la mayoría de los peces que aparecieron muertos, unos 3.000, eran de la especie 'perca sol', considerada como invasora en la cuenca del Duero.
Estas son las principales conclusiones que se desprenden de los análisis de las muestras de agua recogida por la CHD los días 16, 17 y 23 de febrero en diversos puntos de los embalses de Valparaíso, Cernadilla y Agavanzal, así como en el río Valdalla, en el arroyo Valdeboya y en el arroyo Los Prados tras el episodio registrado.
Las causas más probables por las que se produjo el descenso de los niveles de pH en el embalse junto con el aumento de las concentraciones de metales ( fundamentalmente aluminio, hierro y zinc) apuntan a los cambios meterológicos registrados durante los días previos a la mortandad, durante los cuales se experimentó un aumento significativo de las temperaturas unido a las lluvias registradas que se sumaron al deshielo en las cotas superiores.
Todo ello se reflejó en un aumento del caudal del río Valdalla, principal tributario del ramal del embalse en el que se produjo la mortandad.
Esto provocó que el río, que ya de por sí transporta aguas ácidas debido a la naturaleza silícea del sustrato por el que discurre, pudiera ver reducido aún más su pH e incrementado el aporte de sólidos en suspensión (en parte procedentes de la explotación minera) y la concentración de metales.
Niveles bajos
Otro dato significativo detectado por los análisis realizados es que las muestras de agua del río Valdalla recogidas aguas abajo de la explotación minera que existe en la zona presentan unos niveles aún más bajos de pH y mayores concentraciones de metales que las recogidas en del río aguas arriba de la mina.
Unos datos que, en todo caso, no son suficientemente significativos, por si solos, como para establecer una relación causa-efecto inequívoca entre la explotación de la mina y la mortandad, ya que no se dispone de la información de lo que ocurrió en los instantes previos al episodio.
Se desconoce, además, en qué medida pudo contribuir a la mortandad la escasa renovación del agua del embalse de Valpariso, sometido a explotación hidroeléctrica, y que desde el 30 de enero al 19 de febrero tuvo como aportación principal la procedente del río Valdalla al no desembalsarse agua del embalse de Cernadilla (alimentado por el río Tera cuyas aguas tienen un pH normal).
A pesar, de que como ya se ha señalado, la relación causa- efecto entre la explotación de la cantera y la mortandad de peces no está demostrada la CHD ha abierto un expediente sancionador a la explotación minera por un vertido no autorizado de aguas ácidas sobre el terreno y el incumplimiento de condiciones de la autorización en zona de policía, lo cual son causas administrativas objetivas y suficientes para incoar un expediente sancionador.
Está demostrado que la cantera acidifica el agua del río e incrementa la concentración de algunos metales pero no es posible determinar si ello se ha producido en la cuantía suficiente como para haber causado, por sí sola, la mortandad.
Otro dato significativo detectado por los análisis realizados es que las muestras de agua del río Valdalla recogidas aguas abajo de la explotación minera que existe en la zona presentan unos niveles aún más bajos de pH y mayores concentraciones de metales que las recogidas en del río aguas arriba de la mina.
Unos datos que, en todo caso, no son suficientemente significativos, por si solos, como para establecer una relación causa-efecto inequívoca entre la explotación de la mina y la mortandad, ya que no se dispone de la información de lo que ocurrió en los instantes previos al episodio.
Se desconoce, además, en qué medida pudo contribuir a la mortandad la escasa renovación del agua del embalse de Valpariso, sometido a explotación hidroeléctrica, y que desde el 30 de enero al 19 de febrero tuvo como aportación principal la procedente del río Valdalla al no desembalsarse agua del embalse de Cernadilla (alimentado por el río Tera cuyas aguas tienen un pH normal).
A pesar, de que como ya se ha señalado, la relación causa- efecto entre la explotación de la cantera y la mortandad de peces no está demostrada la CHD ha abierto un expediente sancionador a la explotación minera por un vertido no autorizado de aguas ácidas sobre el terreno y el incumplimiento de condiciones de la autorización en zona de policía, lo cual son causas administrativas objetivas y suficientes para incoar un expediente sancionador.
Está demostrado que la cantera acidifica el agua del río e incrementa la concentración de algunos metales pero no es posible determinar si ello se ha producido en la cuantía suficiente como para haber causado, por sí sola, la mortandad.
Foto: Peces muertos en el embalse de Valparaíso (ICAL).
Etiquetas: Medio Ambiente
posted by La Crónica de Benavente y los Valles | 00:10
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