En recuerdo de Cayo Parrado
HOMENAJE A UN HOMBRE BUENO
Por Joaquín Posado Valdueza*
Todos los que estamos hoy aquí nos miramos como si no nos conociéramos, perplejos. La muerte nos hace extraños. Tenemos que mirar en la hondura de nuestra memoria para reconocernos porque, hace apenas unas semanas nos encontrábamos contigo, CAYO, camino de tu “otra casa”, y ahora ya no vamos a saludarte más. A tus amigos y a tus vecinos nos va a costar mucho tu ausencia. Y eso que fuiste reservado, casi tímido. No te gustaba entrar en las vidas privadas de nadie. Aunque siempre te preocupaste de los quehaceres públicos, de mejorar lo que era de todos. Fuiste alcalde, concejal, ciudadano comprometido. No perdiste el Norte, no cediste tu palabra, aún en las más difíciles circunstancias. Siempre trabajabas por el aprecio a tu pueblo. Tenías la vida resuelta e hiciste lo posible por mejorar la de todos nosotros.
Sólo una persona de tu integridad podía mantener el compromiso con los vecinos que has demostrado. En este esfuerzo siempre te acompañó una de las más difíciles virtudes políticas: la coherencia. Nos miraste siempre a la cara y cuando no entendías algo preguntabas. Y reconocías cuando te habías equivocado. Eras serio pero no autoritario. Confiabas en que un día seríamos capaces de escucharnos, de ponernos de acuerdo.
El recuerdo del hombre curioso, interesado en el por qué de las cosas, sencillo y capaz de montar un mueble, una máquina, un jardín o lo que fuera, será imborrable para los que tuvimos la suerte de contar con tu amistad. Fuiste valiente, viviste con plenitud, como si tus casi ochenta años parecieran la mitad, y siempre tenías proyectos en marcha. Por esto, para los que nos quedamos en este mundo, eres un ejemplo a imitar, nos duele tu partida pero en el fondo nos reconforta que no has vivido en vano. Gracias por todo, Cayo.
* Vecino de Morales de Rey y profesor de Filosofía en el IES "Los Sauces".
Etiquetas: Opinión
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