Turismo eco-cultural
EXITO DE PARTICIPANTES EN LAS ACTIVIDADES DE O. T. R. A. ZAMORA
La observación del lobo, la ruta cicloturista y las jornadas de astronomía y geología desbordaron las previsiones del programa de innovación turística El paquete de cuatro actividades que O. T. R. A. Zamora organizó para el puente de mayo recibió una positiva respuesta por parte de los visitantes, que desbordaron las previsiones iniciales y obligaron a realizar ajustes de última hora cuando el programa de innovación turística puesto en marcha por ADATA y ADRI Palomares completa el tercero de sus cuatro trimestres.
De esta forma, si la jornada de observación del lobo ibérico, programada para el jueves, día 1 de mayo, ya había sido la más demandada desde el inicio de O. T. R. A. Zamora, en esta ocasión, recibió el triple de inscripciones de las permitidas para una actividad de estas características. “Lo que ha ocurrido es que hemos impulsado la publicidad de lo que hacemos en este programa con el envío de calendarios de actividades por correo ordinario. La respuesta ha sido tal que muchas casas rurales de las que nunca habíamos recibido solicitudes se han puesto en contacto con nosotros y eso ha disparado las inscripciones”, explica Antonio Campesino, coordinador de actividades de O. T. R. A. Zamora. “En el caso de la observación del lobo, sólo podemos llevar a dieciséis personas según la normativa actual vigente y se presentaron casi medio centenar. Eso nos obligó a replantear toda la actividad para cumplir la normativa y, al mismo tiempo, no decepcionar a los turistas que se incorporaron a última hora y que venían de todas partes; desde Barcelona, Vizcaya, Asturias, Madrid, Valladolid, Salamanca y Badajoz”, apunta.
A pesar de la dosis de improvisación, la actividad se realizó con éxito, logrando avistar lobos ibéricos después de visitar las corralas, denominación que reciben las construcciones tradicionales con las que se solía proteger a los rebaños de ovejas del ataque de los cánidos. “Ha sido una situación muy curiosa. La furgoneta de O. T. R. A. Zamora iba delante, seguida por treinta coches y en Ferreras montamos un atasco en toda regla”, bromea Campesino. “Cuando nos adentramos en la sierra con las dieciséis personas seleccionadas logramos ver una pareja de lobos. Estábamos observando un grupo de ciervos y, de repende, desaparecieron y vimos pasar de inmediato los lobos, probablemente siguiendo el rastro”, explica.
El viernes, día 2 de mayo, la Ruta de la Plata se convirtió en el escenario de una actividad basada en el cicloturismo, con visitas a los puntos de importancia durante el recorrido y especial hincapié en las ruinas del castillo de Castrotorafe y del monasterio de Santa María de Moreruela. “Tuvimos a 35 personas de distintos puntos del norte de España. Era mucha gente y, sobre todo, muchos padres con los niños, por lo que tuvimos que volver a improvisar un poco y adaptar ligeramente la ruta para hacerla más sencilla”, explica el coordinador de actividades. “Todo salió bien. Terminamos en Granja de Moreruela, que sorprende siempre a los visitantes, y que ahora está francamente bien, que hay que decirlo, gracias a las actuaciones más recientes que ha hecho la Junta de Castilla y León con el apoyo de la arqueóloga Hortensia Larrén”, apunta.
Por lo que se refiere al sábado, día 3, O. T. R. A. Zamora aprovechó de nuevo las excelentes condiciones que ofrece la comarca de Tierra de Campos para la observación astronómica y organizó una nueva cita con las estrellas, con el asesoramiento de Joaquín Tapioles, el pastor galáctico. “Cambiar la jornada de observación al atardecer ha sido un gran acierto, según hemos podido comprobar este fin de semana. La gente se lo pasó muy bien y pudo iniciarse en la astronomía a pesar del banquete que intentaron darse los mosquitos con nosotros. Menos mal que íbamos sobre aviso y todo el mundo se puso repelente de insectos”, indica Antonio Campesino. “La puesta de sol es impresionante. Es mágica, mirando hacia las lagunas de Villafáfila y hacia Otero de Sariegos, donde vimos una gran cantidad de cernícalos primilla y, después, algunos mochuelos en los palomares derruidos”.
Por lo que se refiere a la aportación del ‘pastor galáctico’, Campesino recalca que “Joaquín Tapioles, siempre en su línea, se le vio especialmente motivado porque está haciendo lo que más le gusta, lo hace francamente bien y disfruta compartiendo sus enormes conocimientos”. En este contexto, el coordinador de actividades de O. T. R. A. Zamora destaca una anécdota que resume la jornada de observación astronómica: “Tapioles dijo a los turistas que si tenían alguna pregunta y uno le dijo enseguida que no, que siguiera hablando, lo que da una idea de cómo se lo estaba pasando la gente”.
Para completar el fin de semana, el domingo, día 4 de mayo, O. T. R. A. Zamora organizó la actividad denominada ‘Geología de Aliste, Tábara y Alba’, consistente en un recorrido dirigido por un geólogo durante el que se mostraron lugares específicos por su composición y los minerales que los forman.
El próximo fin de semana, O. T. R. A. Zamora ha programado la actividad ‘Granjas y palomares’ y una ruta botánica por la comarca alistana, entre los términos de Mahíde y Pobladura de Aliste.
De esta forma, si la jornada de observación del lobo ibérico, programada para el jueves, día 1 de mayo, ya había sido la más demandada desde el inicio de O. T. R. A. Zamora, en esta ocasión, recibió el triple de inscripciones de las permitidas para una actividad de estas características. “Lo que ha ocurrido es que hemos impulsado la publicidad de lo que hacemos en este programa con el envío de calendarios de actividades por correo ordinario. La respuesta ha sido tal que muchas casas rurales de las que nunca habíamos recibido solicitudes se han puesto en contacto con nosotros y eso ha disparado las inscripciones”, explica Antonio Campesino, coordinador de actividades de O. T. R. A. Zamora. “En el caso de la observación del lobo, sólo podemos llevar a dieciséis personas según la normativa actual vigente y se presentaron casi medio centenar. Eso nos obligó a replantear toda la actividad para cumplir la normativa y, al mismo tiempo, no decepcionar a los turistas que se incorporaron a última hora y que venían de todas partes; desde Barcelona, Vizcaya, Asturias, Madrid, Valladolid, Salamanca y Badajoz”, apunta.
A pesar de la dosis de improvisación, la actividad se realizó con éxito, logrando avistar lobos ibéricos después de visitar las corralas, denominación que reciben las construcciones tradicionales con las que se solía proteger a los rebaños de ovejas del ataque de los cánidos. “Ha sido una situación muy curiosa. La furgoneta de O. T. R. A. Zamora iba delante, seguida por treinta coches y en Ferreras montamos un atasco en toda regla”, bromea Campesino. “Cuando nos adentramos en la sierra con las dieciséis personas seleccionadas logramos ver una pareja de lobos. Estábamos observando un grupo de ciervos y, de repende, desaparecieron y vimos pasar de inmediato los lobos, probablemente siguiendo el rastro”, explica.
El viernes, día 2 de mayo, la Ruta de la Plata se convirtió en el escenario de una actividad basada en el cicloturismo, con visitas a los puntos de importancia durante el recorrido y especial hincapié en las ruinas del castillo de Castrotorafe y del monasterio de Santa María de Moreruela. “Tuvimos a 35 personas de distintos puntos del norte de España. Era mucha gente y, sobre todo, muchos padres con los niños, por lo que tuvimos que volver a improvisar un poco y adaptar ligeramente la ruta para hacerla más sencilla”, explica el coordinador de actividades. “Todo salió bien. Terminamos en Granja de Moreruela, que sorprende siempre a los visitantes, y que ahora está francamente bien, que hay que decirlo, gracias a las actuaciones más recientes que ha hecho la Junta de Castilla y León con el apoyo de la arqueóloga Hortensia Larrén”, apunta.
Por lo que se refiere al sábado, día 3, O. T. R. A. Zamora aprovechó de nuevo las excelentes condiciones que ofrece la comarca de Tierra de Campos para la observación astronómica y organizó una nueva cita con las estrellas, con el asesoramiento de Joaquín Tapioles, el pastor galáctico. “Cambiar la jornada de observación al atardecer ha sido un gran acierto, según hemos podido comprobar este fin de semana. La gente se lo pasó muy bien y pudo iniciarse en la astronomía a pesar del banquete que intentaron darse los mosquitos con nosotros. Menos mal que íbamos sobre aviso y todo el mundo se puso repelente de insectos”, indica Antonio Campesino. “La puesta de sol es impresionante. Es mágica, mirando hacia las lagunas de Villafáfila y hacia Otero de Sariegos, donde vimos una gran cantidad de cernícalos primilla y, después, algunos mochuelos en los palomares derruidos”.
Por lo que se refiere a la aportación del ‘pastor galáctico’, Campesino recalca que “Joaquín Tapioles, siempre en su línea, se le vio especialmente motivado porque está haciendo lo que más le gusta, lo hace francamente bien y disfruta compartiendo sus enormes conocimientos”. En este contexto, el coordinador de actividades de O. T. R. A. Zamora destaca una anécdota que resume la jornada de observación astronómica: “Tapioles dijo a los turistas que si tenían alguna pregunta y uno le dijo enseguida que no, que siguiera hablando, lo que da una idea de cómo se lo estaba pasando la gente”.
Para completar el fin de semana, el domingo, día 4 de mayo, O. T. R. A. Zamora organizó la actividad denominada ‘Geología de Aliste, Tábara y Alba’, consistente en un recorrido dirigido por un geólogo durante el que se mostraron lugares específicos por su composición y los minerales que los forman.
El próximo fin de semana, O. T. R. A. Zamora ha programado la actividad ‘Granjas y palomares’ y una ruta botánica por la comarca alistana, entre los términos de Mahíde y Pobladura de Aliste.
Foto: Los participantes en una de las corralas.
Etiquetas: Turismo
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