Artículo de opinión
DE PALITOS Y MANIPULACIONES
Por José Ignacio Martín Benito*
Comienza octubre con 70 desempleados más en Benavente. El cierre de la textil “Torío Hermanos” –una de las empresas emblemáticas de la ciudad- es un duro golpe, tanto para las familias de los propios trabajadores como para el conjunto de la economía comarcal.
Hasta la fecha, la administración regional no ha movido un sólo dedo para ofrecer una alternativa a la crisis industrial que atraviesa el enclave benaventano. Tampoco lo ha hecho el alcalde, Saturnino Mañanes. Eso sí, incapaz de dar soluciones, se ha limitado a pedir a los trabajadores que tengan paciencia, que dentro de dos o tres años puede llegar alguna empresa. Largo lo fía el alcalde. Muchas familias no podrán esperar tanto tiempo. Benavente tampoco.
Mañanes se ha acostumbrado a prometer a largo plazo, mientras que las necesidades de los vecinos son del día a día. Hizo lo propio en la precampaña electoral, cuando estableció el nuevo Hospital para dentro de 12 años, esto es, en la antesala del 2020. La gente sabe que, de llevarse a efecto la reforma del viejo, la opción de un centro nuevo y moderno desaparece para siempre.
Lo que sorprende es que los horizontes lejanos con los que se mueve el alcalde de Benavente son sólo para las necesidades de otros, en este caso, el colectivo de ciudadanos. Cuando se trata de intereses personales es otra cosa. En ese caso, Mañanes se ha mostrado muy veloz en tomar la decisión de subirse el sueldo a más de 61.000 euros. Lo hizo en el primer pleno ordinario que celebró la corporación: una subida tan espectacular, como escandalosa, sobre todo después de lo pregonado por los populares durante la pasada corporación.
Los benaventanos han podido comprobar en tan sólo cien días, que al alcalde se le va la fuerza por la boca. Su incontinencia verbal, acusando al secretario local del PSOE de manipular a todo el mundo, desde la A hasta la Z, demuestra que la exageración puede llevar al esperpento, esto es, a la deformación de la realidad. Si Mañanes ha decidido atrincherarse y disparar indiscriminadamente, allá él. Pero eso dice muy poco del temple y prudencia que tiene que tener un político, en este caso, además, un dirigente que ostenta la máxima representación municipal. La petición de disculpas a la Mesa pro Hospital, después de haber sido blanco de sus críticas, demuestra que Mañanes actúa de manera irreflexiva y se deja llevar fácilmente por el impulso y por el ímpetu del momento.
Y es que las apariciones y declaraciones del alcalde de Benavente están resultando tan exageradas como estrambóticas. Proclamar, sin rubor, que los problemas geotécnicos o de estabilidad de Los Cuestos de la Mota se han solucionado porque él metió un palito y desatascó una fuga de agua, demuestra la ligereza en la reflexión, cuando no la ingenuidad o la incompetencia del que tiene que desempeñar funciones de responsabilidad al frente del gobierno de la ciudad. Pero si Mañanes se empecina y cree realmente en su varita mágica, no sé a qué está esperando para solucionar los graves problemas que tiene la ciudad, como son el desempleo y la sanidad.
El presente y el futuro de Benavente y comarca exigen más seriedad y menos actuaciones histriónicas que rozan la hilaridad. El desempeño del cargo institucional requiere, cuando menos, cuidar las formas, así como templanza, serenidad y mesura. Los ciudadanos demandan soluciones. No se puede cambiar el bastón de mando por un palito.
* Secretario General del PSOE de Benavente y procurador en las Cortes de Castilla y León.
Por José Ignacio Martín Benito*
Comienza octubre con 70 desempleados más en Benavente. El cierre de la textil “Torío Hermanos” –una de las empresas emblemáticas de la ciudad- es un duro golpe, tanto para las familias de los propios trabajadores como para el conjunto de la economía comarcal.
Hasta la fecha, la administración regional no ha movido un sólo dedo para ofrecer una alternativa a la crisis industrial que atraviesa el enclave benaventano. Tampoco lo ha hecho el alcalde, Saturnino Mañanes. Eso sí, incapaz de dar soluciones, se ha limitado a pedir a los trabajadores que tengan paciencia, que dentro de dos o tres años puede llegar alguna empresa. Largo lo fía el alcalde. Muchas familias no podrán esperar tanto tiempo. Benavente tampoco.
Mañanes se ha acostumbrado a prometer a largo plazo, mientras que las necesidades de los vecinos son del día a día. Hizo lo propio en la precampaña electoral, cuando estableció el nuevo Hospital para dentro de 12 años, esto es, en la antesala del 2020. La gente sabe que, de llevarse a efecto la reforma del viejo, la opción de un centro nuevo y moderno desaparece para siempre.
Lo que sorprende es que los horizontes lejanos con los que se mueve el alcalde de Benavente son sólo para las necesidades de otros, en este caso, el colectivo de ciudadanos. Cuando se trata de intereses personales es otra cosa. En ese caso, Mañanes se ha mostrado muy veloz en tomar la decisión de subirse el sueldo a más de 61.000 euros. Lo hizo en el primer pleno ordinario que celebró la corporación: una subida tan espectacular, como escandalosa, sobre todo después de lo pregonado por los populares durante la pasada corporación.
Los benaventanos han podido comprobar en tan sólo cien días, que al alcalde se le va la fuerza por la boca. Su incontinencia verbal, acusando al secretario local del PSOE de manipular a todo el mundo, desde la A hasta la Z, demuestra que la exageración puede llevar al esperpento, esto es, a la deformación de la realidad. Si Mañanes ha decidido atrincherarse y disparar indiscriminadamente, allá él. Pero eso dice muy poco del temple y prudencia que tiene que tener un político, en este caso, además, un dirigente que ostenta la máxima representación municipal. La petición de disculpas a la Mesa pro Hospital, después de haber sido blanco de sus críticas, demuestra que Mañanes actúa de manera irreflexiva y se deja llevar fácilmente por el impulso y por el ímpetu del momento.
Y es que las apariciones y declaraciones del alcalde de Benavente están resultando tan exageradas como estrambóticas. Proclamar, sin rubor, que los problemas geotécnicos o de estabilidad de Los Cuestos de la Mota se han solucionado porque él metió un palito y desatascó una fuga de agua, demuestra la ligereza en la reflexión, cuando no la ingenuidad o la incompetencia del que tiene que desempeñar funciones de responsabilidad al frente del gobierno de la ciudad. Pero si Mañanes se empecina y cree realmente en su varita mágica, no sé a qué está esperando para solucionar los graves problemas que tiene la ciudad, como son el desempleo y la sanidad.
El presente y el futuro de Benavente y comarca exigen más seriedad y menos actuaciones histriónicas que rozan la hilaridad. El desempeño del cargo institucional requiere, cuando menos, cuidar las formas, así como templanza, serenidad y mesura. Los ciudadanos demandan soluciones. No se puede cambiar el bastón de mando por un palito.
* Secretario General del PSOE de Benavente y procurador en las Cortes de Castilla y León.
Etiquetas: Opinión
<< Home