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lunes, abril 27, 2009

Más vale volando

SANTUARIOS MARIANOS DE LA DIÓCESIS DE ASTORGA EN EL NORTE DE ZAMORA. Una aproximación histórica

Por Rafael González Rodríguez

La presencia de advocaciones marianas en el norte de Zamora, dentro del área de influencia de la diócesis de Astorga, es un hecho contrastado desde los primeros siglos medievales. Ya desde comienzos del siglo X, coincidiendo con las primeras noticias documentadas de estas comarcas, hay constancia de la existencia de iglesias, santuarios o incluso demarcaciones territoriales dedicadas a la memoria de la Virgen María.
Así, el pequeño valle regado por el arroyo Regato o Ahogaborricos, también citado en alguna ocasión en las fuentes como Merdavel o Merdivel, fue conocido desde el siglo X como Valle de Santa María, y en algún diploma de esta misma época se hace referencia a Santa María la Antigua, lo que nos evoca una remota iglesia, santuario o monasterio dedicado a la Virgen que, además, jerarquizaría y ordenaría política y espiritualmente todo el entorno.


En el norte de Zamora, como ocurre con otras muchas regiones hispanas, las advocaciones marianas han sido históricamente un distintivo de la religiosidad popular. Así mismo, las fiestas y romerías en honor de la Virgen María alcanzaron desde la Edad Media un alto grado de universalidad y popularidad.
Por todo ello, resulta abrumador el número de iglesias, santuarios, ermitas, cofradías, capillas o imágenes dispersos por la geografía regional. Sería un esfuerzo arduo y, probablemente estéril, hacer un recuento aquí y ahora de todas estas manifestaciones. Es por ello por lo que nuestra atención se va a centrar específicamente en los santuarios, esto es en aquellos templos singulares en los que se venera, o se ha venerado, la imagen o reliquia de un santo de especial devoción, en este caso de María.
Cuando hablamos de santuarios marianos de la diócesis de Astorga en Zamora debe hacerse alguna precisión de carácter geográfico e histórico. Como se sabe, el norte de la provincia estuvo desde antiguo repartido entra las jurisdicciones de los obispados de Astorga, León, Oviedo y Zamora. En 1954 varias localidades de la jurisdicción asturicense pasaron a Zamora en virtud del decreto de la Sagrada Congregación Consistorial sobre modificación de límites, principalmente poblaciones de la orilla izquierda del Esla y de la zona de Villafáfila1. Esto significa que algún santuario relevante y tradicionalmente astorgano, como el Santuario de la Virgen de los Montes Negros, en Bretó, hoy en día está fuera de nuestro ámbito de estudio. Igualmente, el área de Benavente perteneció desde la Edad Media a la iglesia de Oviedo, lo cual no impidió que alguna parroquia de la villa como Santa María de Renueva o Santa María de Ventosa estuvieran en algún momento bajo dependencia asturicense.


De esta forma, la demarcación geográfica de la Diócesis en la provincia de Zamora abarca en la actualidad una superficie de 3.526 kms2, un 30, 6 % de la extensión total. Integra dos arciprestazgos desde el año 2006 (Los Valles-Tábara y Sanabria-Carballeda), con un total de 227 comunidades parroquiales correspondientes a 220 poblaciones1.
Dentro de este amplio territorio podemos establecer algunos rasgos comunes para caracterizar los principales centros marianos existentes:
En primer lugar debe destacarse que los santuarios más singulares han jerarquizado históricamente la devoción de los valles, comarcas y comunidades de aldea de este entorno. Algunos de ellos se sitúan estratégicamente en el centro de un valle o en el acceso al mismo, o bien coinciden con sus principales núcleos de población.
En la comarca de Sanabria debemos destacar al menos cinco santuarios:
- Virgen de los Remedios (Otero de Sanabria)
- Ntra. Sra. de la Alcobilla (Rábano de Sanabria)
- Ntra. Sra. de las Nieves (San Ciprián de Sanabria)
- Ntra. Sra. de Gracia (Vigo de Sanabria)
- Virgen de las Nieves o de la Tuiza (Chanos - Lubián)
En la Carballeda:
- Virgen de la Carballeda (Rionegro del Puente)
- Virgen de la Peregrina (Donado)
- Ntra. Sra. de la Ribera (Sejas de Sanabria)

En el Valle del Tera
- Virgen de las Encinas (Abraveses de Tera)
- Virgen del Agavanzal (Olleros de Tera)
- Virgen de la Vega (Vecilla de Trasmonte)
- Virgen de las Nieves (San Pedro de Ceque)
En el Valle de Valverde
- Virgen del Carmen (Navianos de Valverde)
En el Valle de Vidriales:
- Ntra. Sra. del Campo (Rosinos de Vidriales)
En el Valle de Santa María:
- Nuestra Señora del Valle (San Román del Valle)
En la Tierra de Tábara
- Iglesia de Santa María (Tábara)


En segundo lugar debe hacerse alguna referencia a la evolución cronológica. Lógicamente, en muy pocos casos contamos con datos fehacientes sobre el origen de estas devociones, y cuando nos remitimos a la tradición popular, ésta proporciona explicaciones habitualmente legendarias. La fábrica de estos templos puede aportar alguna información en este sentido, pues conservan en algunos casos estructuras románicas o góticas. Observamos, además, como varios de estos santuarios se erigieron en lugares especialmente significativos, están sacralizando castros prehistóricos o asentamientos romanos, perpetúan el recuerdo de despoblados o antiguas aldeas medievales, o remiten a monasterios extinguidos o primitivos lugares de culto.
Así Nuestra Señora del Campo, en Rosinos de Vidriales, se asienta al pie de los solares de Petavonium, un antiguo campamento romano, perfectamente documentado, en la Vía XVII que discurría de Asturica Agusta a Bracara Augusta. La Virgen de las Encinas de Abraveses de Tera responde a un típico asentamiento castreño, con el significativo topónimo de Casares y que ha proporcionado, además, diversos hallazgos arqueológicos. El Santuario de Nuestra Señora del Valle se corresponde con un monasterio del siglo XV de la Orden Tercera Franciscana, que a su vez podría ser heredero de otro monasterio o centro de culto altomedieval. De la devoción a la Virgen del Agavanzal no existen apenas noticias sobre su origen, pero sabemos que desde el siglo XIV contaba con gran predicamento en el valle del Tera, según consta en alguna manda testamentaria. La iglesia de Santa María de Tábara no es en la actualidad un santuario pero debió ser un lugar de culto destacado durante toda la Edad Media. Parece que el templo románico fue levantado sobre los restos del monasterio Tabarense, dedicado a San Salvador y fundado por San Froilán a fines del siglo IX. En este cenobio vivieron monjes entregados a la producción de códices miniados, entre los cuales destaca un famoso Beato, hoy en el Archivo Histórico Nacional.


Las propias imágenes de las vírgenes titulares de cada uno de estos santuarios también pueden proporcionar algunas matizaciones de índole cronológico. Varias de ellas se corresponden con tallas románicas o góticas, lo que las sitúa al menos entre los siglos XII y XV. Los ejemplares más antiguos son los de Abraveses de Tera, Rionegro del Puente, Rábano de Sanabria, Vecilla de Trasmonte y Vigo de Sanabria. Otras, sin duda, debieron ser también románicas o góticas en su origen, pero fueron sustituidas en época barroca por imágenes vestideras o de bastidor. En algún caso, como en Abraveses de Tera, se han conservado ambas tallas, habiendo quedado la más antigua relegada a un espacio secundario de la iglesia parroquial. En Rionegro del Puente la imagen titular de la Virgen de la Carballeda fue readaptada a las nuevas modas barrocas, con mutilaciones en la talla románica que la hacen prácticamente irreconocible. La Virgen original de Rosinos de Vidriales fue robada a finales de los años 60, siendo sustituida por una talla moderna inspirada en la antigua. Uno de los santuarios más tardíos y, por tanto, mejor documentados, es el de la Virgen de la Peregrina de Donado, en la Carballeda. Su imagen es una preciosa figura de marfil donada en 1789 por el dominico Manuel Obelar, natural de esta población y Vicario del Tonkín Oriental (Vietnam del Norte). El soberbio edificio, iniciado en 1817, no se concluyó hasta 1888.
Todas estás imágenes son objeto de la devoción popular durante todo el año, pero es lógicamente durante el ciclo asociado a la festividad de la patrona cuando se concentran las celebraciones. Son las cofradías, fiestas, romerías y ferias vinculadas a cada uno de estos santuarios.
Existe algún otro elemento destacado que ha marcado profundamente el devenir de alguno de estos centros de culto. Nos estamos refiriendo al fenómeno de las peregrinaciones. No debe olvidarse que en el norte de Zamora confluían importantes de vías comunicación que a su vez enlazaban con las rutas jacobeas. Son varios los santuarios marianos de la comarca asociados de una forma u otra al culto al Apóstol, pero el más significativo es el de la Virgen de la Carballeda en Rionegro del Puente. Su historia, y la de la Cofradía de los Falifos propietaria del santuario, se relaciona con la construcción y reparación de puentes, arreglo de caminos, hospitales y la atención a pobres y peregrinos.

Imágenes: 1. Romería de Nuestra Señora del Valle en San Román del Valle [Foto: J.I. Martín Benito]; 2. Santuario de Nuestra Señora del Campo en Rosinos de Vidriales [Foto: J.I. Martín Benito]; 3. Santuario de la Virgen del Carmen en Navianos de Valverde [Foto: J.I. Martín Benito] y 4. Santuario de la Peregrina en Donado [Foto: J.I. Martín Benito].

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