La imagen de hoy

LA IGLESIA DE SANTA MARTA DE TERA
Por Emiliano Pérez Mencía

Hace unos días, al ir de Santa Croya hasta Santa Marta, y antes de pasar por el último puente, pequeño, estrecho y maltrecho, que nadie se compromete a reparar o construir uno nuevo, fotografié a la iglesia y al palacio en su costado meridional, en un día otoñal, con nubes y claros y los chopos ya sin hojas.
La imagen bella del monumento desde este lugar, próximo al río, me hace pensar en el paisaje que se contempla también desde la misma iglesia. Quienes visitan su interior se lamentan cada día más de que las tumbas y las cruces del cementerio les impidan ver con normalidad ábsides, capiteles y portadas, e incluso contemplar a gusto la bella panorámica que les ofrece el río, la vega y el mismo horizonte.
Es hora ya de que se tome esto en serio y sin olvidarse de los muertos, que no tienen muchas preferencias, se piense más en los vivos, las muchas personas, nativos, forasteros, emigrantes y peregrinos de este y otros países que, a lo largo del año, pasan por Santa Marta y quieren visitar el interior del templo y también pasear por el exterior, una vez convertido el lugar en una zona ajardinada desde la cual se puedan contemplar sus bellos paisajes.
Parece ser que, después de tantos años de espera y de quejas, la Fundación del Patrimonio y sus Amigos va a restaurar lo que de la iglesia y el palacio se encuentra en mal estado. Y ojalá que los muertos que allí descansan, sean trasladados y puedan reposar también en un lugar digno, dejando paso a los vivos y a las muchas personas que llegan al pueblo. Los vecinos de Santa Marta, sin olvidar su pasado, tienen que apostar por el futuro y confiar en que todo lo que se haga relacionado con su iglesia, palacio y entorno debe ser bien recibido, pues será el mejor legado que puedan recibir.