Benaventanos ilustres
Enrique Pimentel y Zúñiga
Nació en Benavides de Órbigo, el 5 de agosto de 1574 y era hijo natural del VIII conde-duque de Benavente, don Juan Alfonso Pimentel, que lo concibió cuando era viudo. Enrique se crió en Benavente hasta los 13 años, edad a la que marchó a estudiar a Alcalá de Henares, de donde pasó a Salamanca. Fue colegial de Fonseca, colegio al que, a su muerte, dejó su librería, compuesta por 7.500 volúmenes.
Felipe II le concedió el hábito de la orden de Alcántara en 1607, junto con una plaza en el Consejo de las Órdenes Militares. Profesó en el convento de San Martín de Madrid el 10 de julio. El Papa, Paulo IV le concedió una canonjía y un arcedianato en la catedral de Jaén en 1613. Ese mismo año el rey le nombró miembro del Consejo Supremo de la Inquisición.
La carrera de Enrique Pimentel continuó en ascenso. En 1619 se le nombró obispo de Valladolid. Fue ordenado el 6 de octubre por el arzobispo de Burgos Fernando de Acevedo, actuando como consagrante el obispo de Almería Juan Portocarrero (OFM). Como prelado vallisoletano, celebró el oficio de las honras fúnebres en la iglesia de Santo Domingo el Real por la muerte del rey Felipe III. En 1622 fue promovido a la diócesis de Cuenca. Las armas de este prelado figuran en bronce en las puertas de la catedral de esta ciudad, así como encima de la puerta del palacio episcopal.
Siendo obispo conquense, en 1632 se le nombró consejero de Estado. Ledo del Pozo dice que renunció al arzobispado de Sevilla. Murió en la capital del Júcar el 11 de junio de 1643.
Fotos: Armas de Enrique Pimentel en el palacio episcopal y en las puertas de la catedral de Cuenca.
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