Las perlas de nuestro patrimonio

EL SANTIAGO PEREGRINO DE SANTA MARTA DE TERA

Se tiene por el tipo iconográfico más antiguo

Redacción

En la portada meridional de la iglesia de Santa Marta de Tera, se encuentran adosados las figuras de dos apóstoles. Sin duda, la más conocida, por ser utilizada en programas, carteles, portadas de libros, sellos y monedas es la del apóstol Santiago.

A principios de los años treinta del pasado siglo varias figuras de apóstoles se encontraban situadas sobre el tejadillo de la espadaña que se levantaba sobre el ábside. Cuando esta fue desmontada en 1931, las esculturas fueron ubicadas en el lugar que ahora se encuentran.

Los estudiosos han fijado el segundo cuarto del siglo XII como la época de ejecución de estas obras. De ahí que se tenga a la de Santiago como la más antigua representación del apóstol como peregrino. El santo, que lleva un nimbo o aureola tras la cabeza con la leyenda de su nombre, porta un bordón y lleva colgado en banderola un zurrón o morral, con vieira o concha prendida. Este tipo de morrales o muy similares eran los que se vendían delante de la puerta del Paraíso de la catedral de Compostela, según refiere el Liber Sancti Jacobi.

Prenda esta, el morral, que encuentra paralelos muy definidos en el panel que representa a Cristo y los discípulos de Emaús del claustro de Santo Domingo de Silos. También el apóstol Santiago de la Cámara Santa de la catedral de Oviedo porta un zurrón en banderola, de similares características.

El Santiago de Santa Marta luce caballera y barba abundante; entreabre la boca, en actitud de declamación o predica, al tiempo que levanta el antebrazo izquierdo mostrando la palma de la mano entreabierta, gesto este que contribuye a subrayar el ejercicio de la palabra.

Los ojos saltones, con pupilas perforadas, van sobre cuencas hendidas, a la manera de las esculturas de la puerta del Perdón de la Colegiata de San Isidoro de León.

La figura se ha convertido en uno de las iconos jacobeos más conocidos de los Caminos a Santiago. La iglesia de Santa Marta de Tera formó parte de una antigua abadía que hunde sus raíces en el siglo XI y que gozó de gran fama, sobre todo a raíz de la visita de Alfonso VII, el Emperador (1126-1157).

Enclavada en la ruta del Tera hacia Santiago de Compostela, Santa Marta de Tera sorprende a los viajeros por su magnífica iglesia románica, de una sola nave, y ábside cuadrado, siguiendo la tradición hispánica de cabeceras rectas.

El Centro de Estudios Benaventanos "Ledo del Pozo" sacará a la luz próximamente una monografía sobre el templo de Santa Marta, de la que es autor el profesor Fernando Regueras Grande.

Fotos: Santiago peregrino de la iglesia de Santa Marta de Tera y Cristo.