Más vale volando
POR TIERRAS DEL CONDADO.
UNA BREVE HISTORIA DE MÓZAR
"A la primera pregunta dijeron que este lugar se llama él de Mózar, tierra de la villa de Benavente. A la segunda dijeron es de señorío, pertenece al Conde de Benavente, percibe como tal el Pedido de Marzo [...] A la tercera dijeron que a su parecer ocupa el término de este lugar de Levante a Poniente un cuarto de legua, del Norte al Sur cuarto y medio, y en su circunferencia legua y media, con regulación de hora por legua, y que sus confrontaciones son al Levante con el monte que llaman de la Cervilla, al Poniente con monte que llaman de Melucanes, al Sur con el de Socastro y al Norte con raya de Villanázar".
Una traducción del texto podría ser:
Por Rafael González Rodríguez *
La pequeña población de Mózar se encuentra situada sobre una ladera, en las inmediaciones de la confluencia de los arroyos Castrón y Almucera con el río Tera. Es la primera localidad que lleva el apellido de Valverde, pues vigila precisamente el acceso del valle desde la orilla izquierda del río. En las cercanías del emplazamiento de su famoso puente hubo anteriormente una barca y seguramente un vado, paso natural desde el valle de Valverde hacia las fértiles vegas del Órbigo y Esla, así como el camino tradicional hacia Benavente y Sanabria. Dominando este punto estratégico se encontraba desde la Prehistoria el cerro o castro de La Magdalena, máxima altura de toda la zona, con 773 metros, y con un amplio dominio visual sobre los Valles de Benavente.
Desde el punto de vista administrativo Mózar es actualmente una pedanía de Villanázar, que junto con Vecilla de Trasmonte forman las tres entidades locales del municipio. La superficie del término municipal abarca unos 18 km2., con una población total según el Padrón de 2007 de 344 habitantes.
En las Respuestas Generales del Catastro de la Ensenada encontramos ya una primera descripción pormenorizada de los límites de Mózar a mediados del siglo XVIII:
"A la primera pregunta dijeron que este lugar se llama él de Mózar, tierra de la villa de Benavente. A la segunda dijeron es de señorío, pertenece al Conde de Benavente, percibe como tal el Pedido de Marzo [...] A la tercera dijeron que a su parecer ocupa el término de este lugar de Levante a Poniente un cuarto de legua, del Norte al Sur cuarto y medio, y en su circunferencia legua y media, con regulación de hora por legua, y que sus confrontaciones son al Levante con el monte que llaman de la Cervilla, al Poniente con monte que llaman de Melucanes, al Sur con el de Socastro y al Norte con raya de Villanázar".
La primera mención documental de Mózar se sitúa en el siglo XI. En 1044, doña Mayor y sus hijos Ero y Velasquita Bermudiz hacen donación al monasterio de San Pedro de Zamudia y a su abadesa Mansuara de toda su heredad existente en Villa de Nazar (Villanázar), junto al arroyo Almozara (Almucera), entre los términos de Villaofín y Mózar, con todas sus tierras, viñas, prados, montes, fuentes, pastos, molinos, pesqueras y más pertenencias. Villaofín era el nombre de un despoblado junto a Vecilla de Trasmonte y el monte de La Cervilla.
En 1077 tenemos noticias del Castro de Mózar que debe identificarse con el cerro de la Magdalena. Parece ser que este enclave fortificado, con antecedentes prehistóricos y romanos, jerarquizaba en los siglos XI y XII el curso final de la Riba de Tera, cerca ya de su desembocadura en el río Esla. Su área de influencia incluía varias aldeas, entre ellas Villanázar, y tenía por uno de sus principales referentes Sub Castro o Socastro, despoblado asentado en la ladera del cerro, al pie de la raya divisoria entre Mózar y Milles de la Polvorosa. Otros documentos posteriores aluden a Mózar durante los siglos XI y XII, si bien las menciones al castro van disminuyendo hasta desaparecer en la segunda mitad de esta última centuria. No obstante, la investigación arqueológica de este yacimiento ha puesto de manifiesto la reocupación del recinto amurallado castreño en época medieval. Igualmente, indicios de un asentamiento romano bajoimperial y, tal vez, de una necrópolis asociada se vislumbran en el pago de la Torre del Moro, justo en el acceso al cerro.
Con la creación del concejo de Benavente a mediados del siglo XII Mózar pasó a integrarse en el alfoz de la villa, dentro del conjunto de aldeas de la Merindad de Riba de Tera. Su posesión fue después objeto de disputas y negociaciones dentro de la familia Pimentel, titulares del condado desde 1398. En 1504 se formalizaba una escritura de concierto entre Alonso Pimentel, V Conde de Benavente, y Juan Pimentel, I Señor de Allariz, su tío, por la que el conde cedía Puebla de Sanabria, Viana, Socastro, Milles y Mózar a Juan vitaliciamente, mientras que éste nombraba a Alfonso su heredero en Allariz, Milmanda, El Bollo y Aguiar.
Su iglesia parroquial está dedicada a San Julián desde antiguo. El templo presenta una sola nave techada de madera y espadaña a los pies. El cuerpo del edificio se prolonga por un profundo presbiterio de cabecera recta cubierto con cúpula. El arco que distribuye ambos ambientes es de sólida cantería, aunque carente de cualquier ornamentación. Mózar rinde homenaje a San Julián, el 28 de enero, y a Santa María Magdalena, el 22 de julio.
Con la creación del concejo de Benavente a mediados del siglo XII Mózar pasó a integrarse en el alfoz de la villa, dentro del conjunto de aldeas de la Merindad de Riba de Tera. Su posesión fue después objeto de disputas y negociaciones dentro de la familia Pimentel, titulares del condado desde 1398. En 1504 se formalizaba una escritura de concierto entre Alonso Pimentel, V Conde de Benavente, y Juan Pimentel, I Señor de Allariz, su tío, por la que el conde cedía Puebla de Sanabria, Viana, Socastro, Milles y Mózar a Juan vitaliciamente, mientras que éste nombraba a Alfonso su heredero en Allariz, Milmanda, El Bollo y Aguiar.
Su iglesia parroquial está dedicada a San Julián desde antiguo. El templo presenta una sola nave techada de madera y espadaña a los pies. El cuerpo del edificio se prolonga por un profundo presbiterio de cabecera recta cubierto con cúpula. El arco que distribuye ambos ambientes es de sólida cantería, aunque carente de cualquier ornamentación. Mózar rinde homenaje a San Julián, el 28 de enero, y a Santa María Magdalena, el 22 de julio.
En el exterior de la iglesia existe un interesante epígrafe del siglo XIII, vestigio de la consagración de un templo anterior de oscuros orígenes. Se trata de un sillar de arenisca empotrado en el muro sur del templo, en el acceso a su entrada principal. La pieza, de forma rectangular (490 x 540 mm.), presenta diversos desperfectos que dificultan notablemente su lectura. Está rota en el margen inferior izquierdo, y en su parte central se han desprendido algunas lascas de forma que varias letras se han perdido. Las pautas son de 50 mms., con 5 mms. de separación entre la doble línea. La letra es una pregótica de 45 mms.
Según Maximino Gutiérrez Álvarez su lectura incompleta, una vez resueltas las abreviaturas, sería la siguiente:
IIII IDUS MADII SUB
ERA M CC L IIII CONSECRAVIT
DOMINUS PETRUS, IIII EPISCOPUS ASTORICENSIS, EC
CLESIAE HIC AD HON[O]RE[M...] NI ET SUNT IBI RE
CONDITE SUNT (SIC) SUA[...] AS BEATI PAULI
[...] OI ET SANCTARUM AGATE, CECILIE ET CO
[...] SANCTUS PETRUS [...] SANCTI. ORATE PRO EO.
Una traducción del texto podría ser:
El 12 de mayo del año 1216, don Pedro IV, obispo de Astorga, consagró esta iglesia en honor de [...] y están aquí guardadas sus reliquias y las de San Pablo [...] y de las santas Ágata, Cecilia y Co[...] San Pedro [...] santos. Orad por él.
En la ribera del río Tera encontramos uno de los pocos molinos harineros que se han mantenido en servicio hasta tiempos recientes en la comarca. El ingenio hidráulico contaba originalmente con cuatro ruedas y pertenecía a mediados del siglo XVIII a la capellanía de San Antonio de Pádua, sita en la iglesia del lugar de Villanázar, de que era capellán don Ángel Fernández, presbítero vecino de la aldea. La utilidad del mismo se establecía entonces anualmente en treinta y cinco cargas de pan. A esta época debe corresponder un bajo relieve con tres cruces sobre peanas existente en la jamba derecha de su puerta de acceso.
El edificio que ha llegado hasta nuestros días alberga cinco piedras, cuatro de grano y una de linaza, y está dotado de cinco canales hoy sellados. Durante el siglo XIX debió pasar por diferentes propietarios particulares. A principios del siglo XX estaba en manos del conocido industrial benaventano Felipe González, y después de su hija Soledad González "Solita". Su último molinero, Noé Pérez Casado, compró el ingenio en 1946 a tres particulares y hasta su fallecimiento mantuvo en funcionamiento una sola piedra movida por un generador eléctrico.
La población de Mózar ascendía a mediados del siglo XVIII a 22 vecinos, incluido el párroco, cifra que aumentó a 23 vecinos y 93 almas un siglo después, según se recoge en el Diccionario de Madoz. En la actualidad el vecindario está en torno a los 147 habitantes.
Imágenes: 1. Iglesia de San Julian; 2. Epígrafe de la consagración del templo en el siglo XIII.
Más información en: http://masvalevolando.blogspot.com
Etiquetas: Más vale volando, Valles de Benavente
<< Home