La polis
COMPRE EN BENAVENTE
Por Jesús Cuadrado
El maestro Galbraith, gran economista y sabio reconocido, solía decir que lo que él llamaba “sabiduría convencional”, los tópicos, era el mayor freno al desarrollo económico. Que las actividades destinadas a las autovías tienden a localizarse en exclusiva en las áreas de servicios es una de esas ideas triunfantes, aceptada por todo el mundo. ¿Qué hubiera dicho Galbraith? ¿Es inevitable esta tendencia?
Todas las semanas, al volver de Madrid, paramos en el bar León de Rueda y, puestos a la cola, observamos con admiración cómo la dueña corta jamón como los ángeles. Una excelente materia prima, un establecimiento limpio como la patena, precios sin comparación con los de las áreas de servicios y una capacidad profesional incuestionable, le ganan la batalla en este bar de Rueda a las grandes áreas y, de paso, a la sabiduría convencional para darle la razón a Galbraith. No es el único caso. Hace años publiqué un trabajo que, con datos, demostraba cómo en Benavente se podían comprar los juguetes de navidad más baratos que en las grandes superficies de ciudades próximas. Si, es posible; sólo hay que comprender el funcionamiento de los mercados y competir en profesionalidad.
La dueña del bar de Rueda sigue cortando jamón y, con su sonrisa de saber hacer, le sigue ganando cada día a los grandes. Gana ella y gana Rueda. Eso es lo que yo quiero para Benavente, que los nuestros ganen por goleada la batalla de los mercados. Que tenga sentido decir: “Compre en Benavente”.
Por Jesús Cuadrado
El maestro Galbraith, gran economista y sabio reconocido, solía decir que lo que él llamaba “sabiduría convencional”, los tópicos, era el mayor freno al desarrollo económico. Que las actividades destinadas a las autovías tienden a localizarse en exclusiva en las áreas de servicios es una de esas ideas triunfantes, aceptada por todo el mundo. ¿Qué hubiera dicho Galbraith? ¿Es inevitable esta tendencia?
Todas las semanas, al volver de Madrid, paramos en el bar León de Rueda y, puestos a la cola, observamos con admiración cómo la dueña corta jamón como los ángeles. Una excelente materia prima, un establecimiento limpio como la patena, precios sin comparación con los de las áreas de servicios y una capacidad profesional incuestionable, le ganan la batalla en este bar de Rueda a las grandes áreas y, de paso, a la sabiduría convencional para darle la razón a Galbraith. No es el único caso. Hace años publiqué un trabajo que, con datos, demostraba cómo en Benavente se podían comprar los juguetes de navidad más baratos que en las grandes superficies de ciudades próximas. Si, es posible; sólo hay que comprender el funcionamiento de los mercados y competir en profesionalidad.
La dueña del bar de Rueda sigue cortando jamón y, con su sonrisa de saber hacer, le sigue ganando cada día a los grandes. Gana ella y gana Rueda. Eso es lo que yo quiero para Benavente, que los nuestros ganen por goleada la batalla de los mercados. Que tenga sentido decir: “Compre en Benavente”.
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