Editorial
MOROSOS
En el Consorcio de Residuos Sólidos de Zamora hay morosos. Esto es, hay Ayuntamientos y Mancomunidades que no pagan la cuota correspondiente por la recogida y tratamiento de sus basuras. En la Asamblea de finales de enero, el Presidente del Consorcio y vicepresidente de la Diputación Provincial, Aurelio Tomás, dio a conocer la morosidad. Entre ellos estaban las Mancomunidades de Guareña, Sayagua, Valle del Tera, Tierra del Pan y Órbigo-Eria. Pero lo más llamativo es que entre los morosos estaban dos de los Ayuntamientos mayores de la provincia: el de Zamora y el de Toro. El primero debía al Consorcio 200.000 euros y el segundo 180.000. Parece que dos meses después la deuda todavía no se ha saldado.
Por contra, otros sí que pagan. A Benavente el servicio le ha costado en torno a los 80.000 euros anuales. Pero, el consistorio benaventano no está dispuesto a financiar con su dinero la recogida de las basuras de Toro y Zamora, lo que le ha llevado a tomar la decisión de congelar sus pagos hasta que aquellas ciudades no salden su deuda.
Por eso, hace mal el Presidente del Consorcio en reprender a quien sí ha estado pagando y no a quien no lo hace. Los ciudadanos pueden entender que hacer la vista gorda a la morosidad de los ayuntamientos de Toro y Zamora, gobernados por sendos alcaldes populares, responde a una complicidad política por parte del presidente del Consorcio. No es justo que los impuestos de los ciudadanos de Benavente sirvan para pagarles la recogida de basura a Toro y a Zamora. Por eso hacen bien el alcalde benaventano y su concejal, en advertir que no están dispuestos a consentirlo. Es muy cómodo congelar los impuestos durante años –caso de Toro y Zamora- y no responder de los pagos ni de las obligaciones. Y lo es más cuando se sabe que quien se tiene enfrente es uno de los tuyos, que no tomará medidas y que, en todo, caso, reprenderá a quienes denuncian la situación.
En el Consorcio de Residuos Sólidos de Zamora hay morosos. Esto es, hay Ayuntamientos y Mancomunidades que no pagan la cuota correspondiente por la recogida y tratamiento de sus basuras. En la Asamblea de finales de enero, el Presidente del Consorcio y vicepresidente de la Diputación Provincial, Aurelio Tomás, dio a conocer la morosidad. Entre ellos estaban las Mancomunidades de Guareña, Sayagua, Valle del Tera, Tierra del Pan y Órbigo-Eria. Pero lo más llamativo es que entre los morosos estaban dos de los Ayuntamientos mayores de la provincia: el de Zamora y el de Toro. El primero debía al Consorcio 200.000 euros y el segundo 180.000. Parece que dos meses después la deuda todavía no se ha saldado.
Por contra, otros sí que pagan. A Benavente el servicio le ha costado en torno a los 80.000 euros anuales. Pero, el consistorio benaventano no está dispuesto a financiar con su dinero la recogida de las basuras de Toro y Zamora, lo que le ha llevado a tomar la decisión de congelar sus pagos hasta que aquellas ciudades no salden su deuda.
Por eso, hace mal el Presidente del Consorcio en reprender a quien sí ha estado pagando y no a quien no lo hace. Los ciudadanos pueden entender que hacer la vista gorda a la morosidad de los ayuntamientos de Toro y Zamora, gobernados por sendos alcaldes populares, responde a una complicidad política por parte del presidente del Consorcio. No es justo que los impuestos de los ciudadanos de Benavente sirvan para pagarles la recogida de basura a Toro y a Zamora. Por eso hacen bien el alcalde benaventano y su concejal, en advertir que no están dispuestos a consentirlo. Es muy cómodo congelar los impuestos durante años –caso de Toro y Zamora- y no responder de los pagos ni de las obligaciones. Y lo es más cuando se sabe que quien se tiene enfrente es uno de los tuyos, que no tomará medidas y que, en todo, caso, reprenderá a quienes denuncian la situación.
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