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ENCINA ENTRE CHOPOS
E. P. Mencía
E. P. Mencía
Se encuentra en el pago denominado Cejinas, que está muy cerca de Santa Cristina de la Polvorosa. Era una antigua dehesa en la que esta especie de árbol era abundante, pero de él ya quedan pocos, aunque algunos son centenarios.
Como que los chopos estuvieran impidiendo su desarrollo, pero no es así, porque ella sigue creciendo y desarrollándose al ritmo lento y pausado, propio de la especie. Y así lo ha hecho durante más de 400 años, que tal vez sea los que tiene. Plantaciones de chopos, maíces o remolachas pueden seguir a su lado durante muchos más años, si la mano del hombre no acaba con ella. Hasta ahora se la ha respetado, lo que es de alabar y un buen ejemplo para aquellos que movidos por especulaciones, ganancias y otros intereses, talan montes y dehesas con encinas, robles, nogales, castaños, etc., árboles protegidos y de los que todavía se pueden ver buenos ejemplares en esta comarca de los Valles de Benavente.
Al llegar el otoño, con la caída de la hoja, y durante todo el invierno destaca, como si de un monumento se tratase, en medio de la chopera. Y cuando los chopos están cubiertos de hojas, en la primavera y en el verano, ella, aunque parece que está oculta, no es así, pues sigue mostrándonos su verdor y la amplitud su copa.
La encina de Cejinas sigue estando ahí para recordarnos el pasado de estas tierras con dehesas, montes, valles y huertas llenas de árboles, que contribuían, no sólo a adornar y embellecer el paisaje, sino también al equilibrio del clima y a mantener un medio ambiente más favorable.
Como que los chopos estuvieran impidiendo su desarrollo, pero no es así, porque ella sigue creciendo y desarrollándose al ritmo lento y pausado, propio de la especie. Y así lo ha hecho durante más de 400 años, que tal vez sea los que tiene. Plantaciones de chopos, maíces o remolachas pueden seguir a su lado durante muchos más años, si la mano del hombre no acaba con ella. Hasta ahora se la ha respetado, lo que es de alabar y un buen ejemplo para aquellos que movidos por especulaciones, ganancias y otros intereses, talan montes y dehesas con encinas, robles, nogales, castaños, etc., árboles protegidos y de los que todavía se pueden ver buenos ejemplares en esta comarca de los Valles de Benavente.
Al llegar el otoño, con la caída de la hoja, y durante todo el invierno destaca, como si de un monumento se tratase, en medio de la chopera. Y cuando los chopos están cubiertos de hojas, en la primavera y en el verano, ella, aunque parece que está oculta, no es así, pues sigue mostrándonos su verdor y la amplitud su copa.
La encina de Cejinas sigue estando ahí para recordarnos el pasado de estas tierras con dehesas, montes, valles y huertas llenas de árboles, que contribuían, no sólo a adornar y embellecer el paisaje, sino también al equilibrio del clima y a mantener un medio ambiente más favorable.
Foto: Encina entre chopos, en Cejinas. E. P. Mencía.
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