La Otra Voz de Benavente y Los Valles

Otra voz, otra opinión, otra manera de ver y contar la realidad. -------- Año VIII. 2014

lunes, mayo 05, 2008

La chicharra

CUENTO CIVIL
Por José Mª Lebrero Vecino *

-Hola –dijo el capitán de la Guardia Civil
-Buenos días –contestaron los diez guardias civiles que lo esperaban desde hacía varios minutos.
-Este mes hemos trabajado poco –señaló el alto mando con un tono hosco mientras miraba unos papeles-. Tenemos que ser más duros. Ha bajado el número de multas con respecto al mes anterior.
-Es que hemos tenido mucho trabajo en otros aspectos, mi capitán –se atrevió a decir uno de los guardias civiles.
-No me vengas con pamplinas, Ramírez –vuestro trabajo es el de poner multas.
-Yo pensé que era el de velar por la seguridad de los ciudadanos –volvió a hablar Ramírez.
-Tú te has caído de un guindo o qué –gritó el capitán-; somos uno de los medios más rápidos y eficaces de financiación del estado. Lo de la seguridad y demás pamplinas es una forma de adornar nuestra verdadera función. Además, por qué tengo yo que perder el tiempo en estos discursos que son de dominio público…
Hubo silencio en la sala.
El capitán paseaba delante de los guardias con paso lento y mala leche, haciendo honor al cuerpo que representaba.
-Pero Ramírez –indicó de repente el capitán-, no hace falta que esto lo vayas largando por ahí; que te conozco. Tú y los demás, a lo vuestro: a recaudar. Este mes estamos muy por debajo en multas por exceso de velocidad (nos tenemos que colocar mejor: en rectas largas, a la salida de los pueblos pero dentro del límite de 50… Hay que tener más vista a la hora de ocultarnos y caerán como moscas). El cinturón, qué pasa con el cinturón este mes, apenas habéis multado. No veo ni una sola multa por el desgaste de ruedas, mala señalización… No sois hermanitas de la caridad, cojones, sois guardias civiles. ¿Entendido?
-Son conductores mi capitán, no delincuentes –insistió Ramírez-. Éste afán recaudatorio no es el verdadero espíritu por el que nació este cuerpo.
-Tu eres tonto, Ramírez, si sigues en esta actitud la primera sanción va para ti, por idiota. Espíritu, espíritu. ¿Con que espíritu nació? No te jode… Si no quieres poner multas vete a una ONG.
De nuevo hubo silencio en la sala.
Ninguno de los guardias civiles apoyo a Ramírez, quizá por miedo, quizá por qué sabían que no iban a conseguir nada. Además como en otras reuniones al final de la charla llegarían los premios.
Así fue, el capitán hablo ahora con una cínica sonrisa:
-Cada uno tiene que superar un mínimo de dinero, ahora os entrego la lista. Y a partir de ahí, como siempre tendréis bonificaciones: descansos de 12, 24, e incluso, para aquél que no le tiemble la mano, 48 horas.
Conversación apócrifa en un cuartel cualquiera de la Guardia Civil.
¿Apócrifa?
* José María Lebrero es escritor.

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