La Otra Voz de "Los Sauces"
EXCURSIÓN A PUEBLA DE LILLO
El pasado día 9 de mayo por fin nos fuimos de ruta de senderismo con 3º de ESO. Y digo por fin porque en las dos fechas fallidas el pronóstico había sido de lluvia y nieve en el mes de abril.
Por Esperanza Orts, profesora
El pasado día 9 de mayo por fin nos fuimos de ruta de senderismo con 3º de ESO. Y digo por fin porque en las dos fechas fallidas el pronóstico había sido de lluvia y nieve en el mes de abril.
Este día fue ideal, con mucho sol pero siempre con una ligera brisa. Comenzamos a caminar desde la estación de servicio de Puebla de Lillo, no sin antes almorzar debidamente. La senda ascendente se llevó bastante bien por zona de vegetación todavía no muy frondosa, hasta las Minas de Talco de San Andrés. Allí, nos metimos hasta dentro en la más profunda oscuridad de una de las galerías. Continuamos por la ruta siguiendo los pasos de una antigua y mal conservada calzada romana que nos llevó hasta las inmediaciones de nuestra primera gran parada, el lago Isoba. Allí sacamos el bocata y a la sombra de un refugio de pastores algunos durmieron hasta la siesta. También divisamos un rebeco en uno de los pocos neveros que se conservaban en las cimas.
Continuamos la ruta atravesando una valla o cercado de ganado y buscando el puente que cruza el río que desemboca en el Lago. Nuestra ruta discurrió entonces entre pastizales verdes y apacibles, donde encontramos hasta un esqueleto de ciervo. La bajada no muy pronunciada siempre paralela al caudaloso río, nos llevo a los campos anexos al pueblo de Cofiñal, donde realizamos otra parada para coger fuerzas y continuar por carretera a nuestro lugar de partida. En total 12,5 km en 5 horas aproximadamente.
Después de merendar hicimos una visita a la Casa de Parque y al Torreón de Lillo, que nos sirvió para interpretar todo lo que habíamos visto a lo largo de nuestra ruta. Todavía realizamos una paradilla en la población de Boñar. Llegamos cansados, algunos quemados, pero contentos con ganas de repetir.
Continuamos la ruta atravesando una valla o cercado de ganado y buscando el puente que cruza el río que desemboca en el Lago. Nuestra ruta discurrió entonces entre pastizales verdes y apacibles, donde encontramos hasta un esqueleto de ciervo. La bajada no muy pronunciada siempre paralela al caudaloso río, nos llevo a los campos anexos al pueblo de Cofiñal, donde realizamos otra parada para coger fuerzas y continuar por carretera a nuestro lugar de partida. En total 12,5 km en 5 horas aproximadamente.
Después de merendar hicimos una visita a la Casa de Parque y al Torreón de Lillo, que nos sirvió para interpretar todo lo que habíamos visto a lo largo de nuestra ruta. Todavía realizamos una paradilla en la población de Boñar. Llegamos cansados, algunos quemados, pero contentos con ganas de repetir.
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