El silbato

CAYERON LAS CARRETERAS

Por Juan S. Crisóstomo

Me llamaron desde Benavente, cuando me disponía a cenar.
- Pon la 5, que en “Caiga quien caiga” están saliendo las carreteras de Zamora.
Sin dudarlo, fui al salón y conecté el televisor. Allí estaba Gonzo, haciendo de las suyas, gastando bromas, viajando en moto y entrevistando a los paisanos de Arrabalde y Villalobos, entre otros.
Espacio hubo al final para invitar al diputado de carreteras, Pablo Rubio, a subirse al coche y de la mano del reportero recorrer las carreteras de la zona de Benavente. Pero Rubio no quiso aceptar. Claro, sabe que las vías provinciales están tan mal, que hubiera pasado un mal trago; eso si no temía por su seguridad, dado el estado del firme.
De todos modos, buen trago no debió pasar con un Gonzo incisivo, bien documentado sobre lo que le había traído a la provincia. El popular reportero entrevistó también al taxista de Villalobos, a Virginia la de Arrabalde, a la conductora de un autobús escolar, a miembros de la asociación motera y hasta una ciudadana china que apareció por la Tierra de Campos, caída desde quién sabe dónde.
Bromas y sonrisas aparte, el programa de “Caiga quien Caiga” proclamó a toda España el mal estado de las carreteras de la provincia de Zamora, lo que los ciudadanos deberán sin duda, recriminar no sólo al diputado de carreteras, sino al presidente Maíllo.
No me extraña que tan singular presidente quiera poner tierra o agua de por medio y marcharse lejos, a Japón o a la Patagonia. Será por aquello de: “Ojos que no ven, corazón que no sienten”.
Lo malo es que el viernes, la sección “Proteste ya”, de Tele 5 la vio prácticamente toda España y Zamora fue una vez más, la "Z". Ahora resulta que van a tener razón los socialistas de Benavente, cuando vienen afirmando que “la provincia de Zamora tiene las peores carreteras de España”. Lo pudimos ver el viernes 3 de marzo, con las cámaras de “Caiga quien Caiga”.
Esa noche cayó la venda de aquellos dirigentes populares que no quieren ver; sobre todo porque no pueden ocultar a toda España un problema grave que tiene la provincia, cual es el estado de las vías provinciales.
Las carreteras se hacen para comunicar a los pueblos, para poder ir y venir. En este estado es fácil que muchos se lo piensen antes de iniciar la aventura.
Y es que, para cambiar la situación, hace falta, sobre todo, capacidad. Con los actuales dirigentes en La Encarnación –creo que se llama así el palacio de la Dipu- la capacidad, se ha demostrado, está ausente. Por eso tiene que caer algo más que una venda. Tiene que caer una forma de hacer política que consiste –y no es una contradicción- en no hacer política, si por política entendemos el arte de gobernar buscando el bien de la sociedad.
Para que la provincia tenga unas carreteras transitables, es preciso no volver a dar más oportunidades a los que carecen de iniciativa y capacidad. Así lo creo y así lo escribo.