"Aquello era una Torre de Babel"
UN BENAVENTANO EN COREA
José Manuel Vaquero participó en el mundial de mecánica de KIA
J.I.M.B
Cuando Benavente vivía la Fiesta de su patrona, la Virgen de la Vega; cuando la Plaza mayor de la ciudad rebosaba de gente pidiendo a gritos un toro para correrlo la víspera del Corpus, a miles de kilómetros de distancia, un benaventano se enfrentaba a una dura prueba. José Manuel Vaquero estaba representando a España en el mundial de mecánica KIA, en Corea del Sur.
Todo empezó hace unos meses, cuando nuestro hombre se proclamó campeón de España en la mecánica de esta multinacional del automóvil, lo que le convertía en el representante de nuestro país en el encuentro mundial previsto para el último semana de Abril.
Llegó Abril y José Manuel se dispuso a hacer las maletas para emprender un largo recorrido. No descuidó por eso una de sus aficiones favoritas: la bicicleta. Mientras su mente le daba vueltas a lo que se iba a encontrar en el lejano Oriente, todavía tenía tiempo para acompañar a la escuela municipal de Ciclismo a Madrid o a Villaralbo.
Y llegó el día. Había que poner rumbo a Seúl. Un largo viaje de más de doce horas vía París. En el aeropuerto coreano la organización le daba la bienvenida.
Al fin llegó el momento. El calendario marcaba un día 23 de abril. Muchas evocaciones en esta fecha: sus hijos participaban en la carrera de BTT del “Trofeo de la Veguilla” en el circuito del Barrio de “San Isidro”. Estaban a buen recaudo; es una suerte contar los abuelos para estos y otros menesteres. José Manuel esa mañana tenía puesta su concentración en la primera fase de la prueba: un examen teórico, junto a otros 70 participantes procedentes de los cinco continentes. No le fue nada mal. Al contrario: nuestro protagonista obtuvo una de las puntuaciones más altas de todos los concursantes.
Mientras Benavente vivía el día de la patrona, uno de sus hijos hacía patria a la ribera del Pacífico. No había tiempo para el descanso. Al día siguiente comenzaban las seis duras pruebas prácticas, desde las 9 de la mañana hasta las 17,00 horas. Aquí estábamos durmiendo cuando Vaquero se enfrentaba al montaje y desmontaje de un motor de gasolina.
No hubo cuartel. Las pruebas, bajo la mirada atenta de los jueces y de los intérpretes, se sucedieron. Los descansos, los justos. La segunda prueba consistió en la reconstrucción de un esquema eléctrico a partir de una maqueta; la tercera el montaje y desmontaje de una caja de cambios automática. Aquí los representantes europeos tuvieron que hacer un gran esfuerzo, pues la experiencia la tienen sobre la caja de cambios manual.
En fin, un maratón técnico y mecánico. El cuarto ejercicio consistió en detectar un fallo eléctrico en un vehículo KIA Río, donde el benaventano obtuvo una buena puntuación. Después, sobre un KIA Magentis, los participantes tuvieron que detectar el fallo en un motor de gasolina. Finalmente, en la sexta prueba práctica, esta vez sobre un KIA Opirus, José Manuel y sus cosmopolitas compañeros debieron hallar el fallo en una caja de cambios automática.
No le fue mal a nuestro representante. De los setenta países, el español quedó el nº 22 en la clasificación general, y eso que era la primera vez que asistía al campeonato, sin saber qué es lo que se iba a encontrar allí.
“Aquello era un Torre de Babel”, nos dijo el pasado miércoles, en referencia a la multitud de lenguas y de países, cuando nos mostró un DVD con las imágenes del encuentro, nos pasó las fotografías que acompañan este reportaje y nos contó su experiencia.
José Manuel Vaquero hizo amigos, muchos, y dice que nunca olvidará esta experiencia. El contacto con los suyos fue el teléfono móvil. Desde Corea y París, nos cuenta, visitó “La Otra Voz de Benavente y Los Valles”, de lo que dio prueba el contador del blog.
La Veguilla pasó por Corea y este país pasó y dejó poso en nuestro representante. Enhorabuena por la experiencia y por tan digno papel.
José Manuel Vaquero participó en el mundial de mecánica de KIA
J.I.M.B
Cuando Benavente vivía la Fiesta de su patrona, la Virgen de la Vega; cuando la Plaza mayor de la ciudad rebosaba de gente pidiendo a gritos un toro para correrlo la víspera del Corpus, a miles de kilómetros de distancia, un benaventano se enfrentaba a una dura prueba. José Manuel Vaquero estaba representando a España en el mundial de mecánica KIA, en Corea del Sur.
Todo empezó hace unos meses, cuando nuestro hombre se proclamó campeón de España en la mecánica de esta multinacional del automóvil, lo que le convertía en el representante de nuestro país en el encuentro mundial previsto para el último semana de Abril.
Llegó Abril y José Manuel se dispuso a hacer las maletas para emprender un largo recorrido. No descuidó por eso una de sus aficiones favoritas: la bicicleta. Mientras su mente le daba vueltas a lo que se iba a encontrar en el lejano Oriente, todavía tenía tiempo para acompañar a la escuela municipal de Ciclismo a Madrid o a Villaralbo.
Y llegó el día. Había que poner rumbo a Seúl. Un largo viaje de más de doce horas vía París. En el aeropuerto coreano la organización le daba la bienvenida.
Al fin llegó el momento. El calendario marcaba un día 23 de abril. Muchas evocaciones en esta fecha: sus hijos participaban en la carrera de BTT del “Trofeo de la Veguilla” en el circuito del Barrio de “San Isidro”. Estaban a buen recaudo; es una suerte contar los abuelos para estos y otros menesteres. José Manuel esa mañana tenía puesta su concentración en la primera fase de la prueba: un examen teórico, junto a otros 70 participantes procedentes de los cinco continentes. No le fue nada mal. Al contrario: nuestro protagonista obtuvo una de las puntuaciones más altas de todos los concursantes.
Mientras Benavente vivía el día de la patrona, uno de sus hijos hacía patria a la ribera del Pacífico. No había tiempo para el descanso. Al día siguiente comenzaban las seis duras pruebas prácticas, desde las 9 de la mañana hasta las 17,00 horas. Aquí estábamos durmiendo cuando Vaquero se enfrentaba al montaje y desmontaje de un motor de gasolina.
No hubo cuartel. Las pruebas, bajo la mirada atenta de los jueces y de los intérpretes, se sucedieron. Los descansos, los justos. La segunda prueba consistió en la reconstrucción de un esquema eléctrico a partir de una maqueta; la tercera el montaje y desmontaje de una caja de cambios automática. Aquí los representantes europeos tuvieron que hacer un gran esfuerzo, pues la experiencia la tienen sobre la caja de cambios manual.
En fin, un maratón técnico y mecánico. El cuarto ejercicio consistió en detectar un fallo eléctrico en un vehículo KIA Río, donde el benaventano obtuvo una buena puntuación. Después, sobre un KIA Magentis, los participantes tuvieron que detectar el fallo en un motor de gasolina. Finalmente, en la sexta prueba práctica, esta vez sobre un KIA Opirus, José Manuel y sus cosmopolitas compañeros debieron hallar el fallo en una caja de cambios automática.
No le fue mal a nuestro representante. De los setenta países, el español quedó el nº 22 en la clasificación general, y eso que era la primera vez que asistía al campeonato, sin saber qué es lo que se iba a encontrar allí.
“Aquello era un Torre de Babel”, nos dijo el pasado miércoles, en referencia a la multitud de lenguas y de países, cuando nos mostró un DVD con las imágenes del encuentro, nos pasó las fotografías que acompañan este reportaje y nos contó su experiencia.
José Manuel Vaquero hizo amigos, muchos, y dice que nunca olvidará esta experiencia. El contacto con los suyos fue el teléfono móvil. Desde Corea y París, nos cuenta, visitó “La Otra Voz de Benavente y Los Valles”, de lo que dio prueba el contador del blog.
La Veguilla pasó por Corea y este país pasó y dejó poso en nuestro representante. Enhorabuena por la experiencia y por tan digno papel.
Fotos: Diversos momentos de José Manuel Vaquero en el campeonato del mundo de mecánica KIA, celebrado en Corea del Sur.
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