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LA ESPADAÑA DE QUINTANILLA DE URZ
Por Emiliano Pérez Mencía
En Quintanilla de Urz, uno de los pueblos con más historia del valle de Vidriales, están a la espera, desde hace años, de que se construya un frontón, aunque sean pocos los niños, jóvenes o mayores que vayan a jugar en él, a mano o con raqueta. Cada día que pasa lo consideran más necesario, pues piensan que la pared de la espadaña de la iglesia, con capa de cemento y pintada de blanco, no puede seguir aguantando el peloteo, que molesta no solamente a los que se encuentran en el templo, sino a los que pasan o pasean por su alrededor, e incluso a las cigüeñas, que están expuestas a recibir algún golpe. Precisamente ellas que, cada año, se acuerdan de Quintanilla para hacer su nido y servir de compañía a sus habitantes.
Piensan los vecinos que, si se construye el frontón, la pared de la espadaña, con una pequeña reparación, puede mostrar de nuevo el color de su piedra, procedente, con toda seguridad, de la cantera que antiguamente se explotaba en el pueblo y que se encuentra en el lugar denominado “La Peña”. La piedra de la espadaña servirá para recordarles el pasado y los trabajos realizados para su extracción, traslado y colocación, tanto en la iglesia como en algunas viviendas que conservan su arquitectura popular.
La iglesia de Quintanilla se encuentra en la parte más elevada del pueblo y los visitantes, que hacen la Ruta de las Espadañas por el Valle de Vidriales, se suelen acercar hasta este lugar, no solamente para ver el interior y exterior del edificio, sino también para contemplar desde allí el paisaje que ofrece la vega próxima al arroyo Almucera. Y todos opinan, y coinciden con los vecinos, en la necesidad de un frontón, pues no les gusta ver a la espadaña revestida de cemento y pintada de blanco.
Ojalá que pronto la Iglesia con ayuda de otras Instituciones o Entidades consiga lo que desean vecinos y visitantes, poder ver la piedra original de la espadaña.
Piensan los vecinos que, si se construye el frontón, la pared de la espadaña, con una pequeña reparación, puede mostrar de nuevo el color de su piedra, procedente, con toda seguridad, de la cantera que antiguamente se explotaba en el pueblo y que se encuentra en el lugar denominado “La Peña”. La piedra de la espadaña servirá para recordarles el pasado y los trabajos realizados para su extracción, traslado y colocación, tanto en la iglesia como en algunas viviendas que conservan su arquitectura popular.
La iglesia de Quintanilla se encuentra en la parte más elevada del pueblo y los visitantes, que hacen la Ruta de las Espadañas por el Valle de Vidriales, se suelen acercar hasta este lugar, no solamente para ver el interior y exterior del edificio, sino también para contemplar desde allí el paisaje que ofrece la vega próxima al arroyo Almucera. Y todos opinan, y coinciden con los vecinos, en la necesidad de un frontón, pues no les gusta ver a la espadaña revestida de cemento y pintada de blanco.
Ojalá que pronto la Iglesia con ayuda de otras Instituciones o Entidades consiga lo que desean vecinos y visitantes, poder ver la piedra original de la espadaña.
Foto: Espadaña de Quintanilla de Urz. E. P.M.
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