Entrevista de la semana
FERNANDO REGUERAS GRANDE, HISTORIADOR
"Santa Marta de Tera tiene atractivos insuperables que no se han aprovechado para relanzar el turismo de interior"
"La Junta es absolutamente contraria a las declaraciones de BIC"
"La formación del Museo de Benavente será uno de los hitos de la modernización de la villa"
J.I.M.B.
"Santa Marta de Tera tiene atractivos insuperables que no se han aprovechado para relanzar el turismo de interior"
"La Junta es absolutamente contraria a las declaraciones de BIC"
"La formación del Museo de Benavente será uno de los hitos de la modernización de la villa"
J.I.M.B.
Fernando Regueras Grande es catedrático de Geografía e Historia en el IES “La Rondilla” de Valladolid. Experto en villas romanas, en arte mozárabe y mudéjar, sobre todo, sus conocimientos no le impiden acercarse a otras facetas de la Historia ni de la Historia del Arte. Crítico de Arte, consumado bibliófilo, peregrino de los museos de medio mundo y de las librerías de viejo, defensor del patrimonio, Regueras es algo así como un manantial de saberes acumulados, descubridor de libros, documentos o fotografías, que ha ofrecido, sin dudarlo, al Ayuntamiento de Benavente para que este incremente su patrimonio documental.Autor de varias monografías y de decenas de artículos publicadas en diversas revistas científicas, Fernando Regueras es un hombre que, pese a su modestia, no pasa desapercibido para los que quieran consultar o acercarse a conocer más a fondo el mundo de las villas romanas, el arte altomedieval en la Meseta del Duero o la historia de su Benavente natal.
Recientemente acaba de publicar el libro: Santa Marta de Tera. Monasterio e iglesia, abadía y palacio, obra editada por el Centro de Estudios Benaventanos “Ledo del Pozo”, que fue presentada el pasado 2 de junio.
P. ¿Es Santa Marta la perla del románico de la provincia de Zamora?
R. El románico zamorano es más bien escaso y tardío, confundido ya con el protogótico (por ejemplo San Juan y Santa María de Benavente), sin embargo Santa Marta es el auténtico incunable del estilo en la provincia, a caballo entre los siglos XI y XII, aunque terminada posiblemente ya en el XIII y desde entonces intocada, perfecta. Una perla, sí, pero en “bruto”, porque no se le ha sacado el jugo cultural y turístico de la que es capaz.
P. En todo caso ¿está Santa Marta suficientemente valorada?
R. La iglesia es conocida para los expertos, pero eso es secundario en términos patrimoniales. Hito del Camino de Santiago, el del Tera y el ramal de Tábara que atraviesa la Sierra de la Culebra, prima hermana en pequeña escala de San Isidoro de León y la catedral de Compostela, con la imagen más antigua de Santiago peregrino de todo el continente europeo, “deslumbrada” por la luz equinoccial los primeros días de cada otoño y primavera. Tiene atractivos insuperables que, sin embargo, no han servido para relanzarla como foco activo del turismo interior, esa suerte de “purga Benito” tan perorado por nuestros políticos regionales.
P. Si Gómez Moreno levantara la cabeza y viera el estado del patrimonio en estas tierras, ¿se resignaría o saldría corriendo?
R. !Hombre¡. Ya no tendría que “circular” en mula, ni le confundirían con un recaudador de impuestos, pero se escandalizaría del estado de deterioro de buena parte de los monumentos que descubrió.
P. Cuando se habla de la pérdida del patrimonio arquitectónico benaventano, siempre se señala la pérdida del castillo. ¿No cree usted que el árbol no deja ver el bosque?
R. Sí y no. El castillo ha sido el único monumento valorado por viajeros y visitantes de Benavente hasta mediados del siglo XIX, lo demás no existía, ni las iglesias, ni el mismo pueblo que en las pocas descripciones que se conocen no sale precisamente bien parado. Su destrucción fue un proceso lento que duró más de un siglo y no debe contemplarse como ejemplo singular de negligencia o brutalidad, fenómenos similares se producían en muchos otras zonas de España y Europa.
Lo cierto es que liquidado el castillo, todo estaba permitido, y en la segunda mitad del siglo XX literalmente Benavente desapareció (iglesias, monasterios, caserío, calles, soportales, etc); su fisonomía urbana, su personalidad edilicia -aunque no fuese monumental- fue materialmente triturada en aras, no del progreso (como con torpeza sin límites se hizo en Valladolid), sino en nombre de nada que no fuese la ignorancia y la especulación.
P. 1998: declaración de BIC de San Torcuato; 2003, declaración de BIC del Hospital de la Piedad; 2006, declaración de BIC del castro de Las Labradas ¿Se va a buen ritmo?
R. La Junta es absolutamente contraria a las declaraciones y si lo hace es porque no les queda más remedio. Si a eso se le suma el ritmo zamorano, con esa zeta que no es precisamente un sambenito, siempre a trancas y barrancas, o bregando cada BIC, como nuestro hospital de la Piedad, ¡casi 25 años ¡ Y una vez conseguido, a saber si “en las distancias cortas” sirve para algo: ¿qué ha pasado con el fragmento de moldura plateresca desprendida de la fachada del viejo hospital de peregrinos?
R. Me refiero a Benavente, auténtico hervidero demográfico y económico. Necesita equilibrarse. Y eso es, en primer término, responsabilidad de las instituciones. Allanar el camino, abrir campos más allá de esa imagen suntuaria y puntual de la cultura/cultureta, sinónimo, para tantos, del muermo y aburrimiento.
P. Desde hace al menos dos décadas se viene hablando del Museo de Benavente. ¿Será una realidad algún día?
R. Últimamente las cosas se están haciendo bien, consensuadas además por toda la corporación municipal, y dando los pasos necesarios con rigor y sin prisas. Una localidad como Benavente que tiene uno de los índices de crecimiento demográfico más altos de la región, con una población escolar numerosísima, uno de los nudos viarios más densos del NO peninsular y cuyas pérdidas patrimoniales, como hemos comentado antes, la hacen prácticamente irreconocible, necesita un esfuerzo de identidad, un instrumento de memoria colectivo, de reconciliación con el pasado y de proyección hacia el futuro. Desde mi punto de vista la formación de un Museo de Benavente (museo de la tierra, de la villa y alfoz, los Valles, sin miopías municipalistas) debe considerarse uno de los hitos en la modernización de la villa y de su nueva configuración urbana, pareja a la creación del nuevo hospital, el desarrollo del parque logístico, etc. Con perspectiva histórica creo que el museo, como tantas otras novedades imprescindibles, hay que situarlas en el contexto de una auténtica “refundación” de la villa, de un nuevo Benavente.
P. Usted fue el comisario de la exposición “Scriptorium” de Tábara, que fue visitada por cerca de 15.000 personas ¿Cuál fue el secreto del éxito de esta muestra y, en todo caso, el modelo tabarense es exportable?
R. Lo recuerdo, lo recordamos, con alegría y frustración. Una satisfacción inolvidable del trabajo bien hecho, al unísono “Ledo del Pozo”, Parroquia y Ayuntamiento de Tábara, todo gratis et amore, descubriendo a tabareses y forasteros, que fueron legión, el orgullo de un pasado desconocido para la mayoría y clave en el desarrollo de la cultura libraria hispánica y europea del siglo X. Estupor al mismo tiempo, auténtica frustración, porque todo el proyecto estuvo encaminado a la creación de un museo de sitio en la iglesia de Santa María de Tábara, cuyos fundamentos eran la exposición, el catálogo y el plan museológico que corrió a nuestro cargo. Faltaban los fondos, entonces prometidos, para ponerlo en marcha y eso ya no dependía de nosotros sino de una voluntad política que se agostó al tiempo que se apagaban los últimos flashes. ¿Qué queda de aquel verano de 2001? Un excelente queso de cabra llamado Beato de Tábara y un lujoso restaurante frente a la iglesia, Scriptorium… y naturalmente la confianza en que las cosas acabarán cambiando.
P. Usted es miembro del Centro de Estudios Benaventanos “Ledo del Pozo” desde su fundación, hace ahora 16 años. ¿Qué ha supuesto el centro en el panorama cultural de la ciudad y de la comarca?
R. A estas alturas no voy a descubrir el Mediterráneo. “Ledo” es el referente cultural de la tierra, N de Zamora y S de León, creo que es el correlato, en términos culturales, del vibrante dinamismo de Benavente. Con dos problemas: uno, el de la promoción de sus actividades y distribución de sus publicaciones, muy desatendidas más allá de socios e intercambios; otro organizativo, de infraestructura administrativa, para organizar un servicio (de biblioteca, de atención al público, de ordenamiento de fondos, etc) que actualmente depende del voluntarismo de sus miembros.
Fotos: Fernando Regueras, en la presentación de su último libro y en la sede del CEB "Ledo del Pozo".
Fotos: Fernando Regueras, en la presentación de su último libro y en la sede del CEB "Ledo del Pozo".
<< Home