La Otra Voz de Benavente y Los Valles

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lunes, febrero 20, 2006

Artículo de opinión

“SE ROMPE ESPAÑA”
Por J. I. Martín Benito

La alcaldesa de Morales de Rey me dijo hace dos domingos, en un concurso gastronómico celebrado en su localidad, que Zapatero iba a romper España. Esto de la ruptura lo he oído más veces, sobre todo desde que la derecha ultranacionalista se ha lanzado en una oposición sin cuartel a la yugular de ZP.
Creo que España empezó a "romperse" para los dirigentes del Partido Popular desde el momento en que, a consecuencia de sus propios errores, perdieron las elecciones el 14 de marzo de 2004. Pero, dado que cada día que pasa repiten esto de la ruptura con más insistencia, he procurado estudiar tal predicción, por si hubiera algo de cierto en ello.
Me he acercado a la geología, procurando ver una posible vía de fractura, alguna falla o rift que se resquebrajara y por donde pudiera entrar el agua del océano, como está pasando en el Mar Rojo; pero, a decir verdad, no he hallado ninguna grieta activa. Al contrario, la placa continental africana empuja la indoeuropea –no sólo en el sentido geológico-. En todo caso, si algo se rompe, no es España, sino África. El continente africano se rompe por las guerras, por las dictaduras, por el hambre, por la falta de desarrollo.
¿Por dónde se romperá, pues España?, ¿de Norte a Sur, de Este a Oeste? Busco insistentemente las grietas predecesoras del cataclismo, pero objetivamente no las hallo.
Qué lastima que España no se rompa, podrá pensar alguien, ahora precisamente que algún aprovechado había comenzado a hacer negocio distribuyendo a diestro y a siniestro pegamento superrápido o vendiendo leznas de hierro vizcaíano e hilo de cuero toledano para coser la piel de toro. Ahora que el trío del ruido (Acebes, Zaplana y Rajoy) escenifican la ruptura con altisonantes y estridentes declaraciones, es cuando ellos mismos, los agoreros, han comenzado a distribuir vendas en forma de pliegos de firmas, que recogen en ayuntamientos, hospitales y delegaciones territoriales.
Mientras esto sucede, me digo, precisamente, si los auténticos rompedores no serán los que están provocando y generando el odio visceral hacia otros territorios de esta España nuestra, los mismos que se encaran en un establecimiento comercial si alguien les niega la firma; los mismos que quieren sustituir el diálogo por la crispación.
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